domingo, mayo 5, 2024
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LOS HÁBITOS DE ESTUDIO

Recordemos que los hábitos de estudio son aquellas prácticas habituales que promueven el desarrollo cognitivo, así como la capacidad de aprender con menor dificultad nuevos contenidos y mejorar el rendimiento académico.

 

Continuando con el desarrollo de los hábitos de estudios para lograr mejores resultados, presentamos en este número la importancia del descanso durante el estudio y las características de gestionarlo de forma más eficiente para alcanzar hábitos saludables al hablar de estudio.

 

Descansar durante el estudio

 

Algo que no se puede negar al hablar de hábitos de estudio, es que el tiempo destinado a descansar es tan importante como el tiempo del estudio mismo. Sin embargo, es necesario saber qué hacer en el tiempo de descanso ya que la calidad de este influirá en la eficiencia del estudio.

 

Cuando se excede de los 45 o 50 minutos de trabajo intelectual intenso, la capacidad para mantener la concentración en la tarea, baja, y en consecuencia el rendimiento será menor. Se ha estimado que un estudiante puede mantener una buena concentración durante un tiempo concreto. Este tiempo está en torno a los 45 o 50 minutos.

 

Las investigaciones muestran que tomar descansos durante el estudio ayuda a mejorar la productividad, la concentración, la energía y la creatividad; y revitaliza el cerebro para así aprovechar mejor la sesión de estudio. Cuando se hace un descanso, se permite a la mente que se relaje y durante ese periodo se puedan asentar mejor los conocimientos en la memoria. Esto, va a favorecer una mejor asimilación del contenido estudiado.

 

El tiempo invertido en el descanso y en el estudio deben ser equilibrados ya que puede llegar  a influir en el rendimiento óptimo académico, Es tal sentido, las horas de sueño pueden ser determinantes para el éxito académico

 

Es importante no sacrificar las horas de sueño, aún menos el día antes de un examen. Descansar bien la noche de antes de un examen ayuda a retener los conocimientos adquiridos. El cerebro se encuentra cansado después de una larga jornada y trabaja con menos rendimiento. Además, cuesta conciliar el sueño después de estar sometido a la presión del estudio. Muchos estudiantes crean una falsa sensación de estar despierto, la realidad es que el cerebro no está en condiciones de seguir trabajando, solo ocultan el cansancio que tiene.

 

Para tener un mejor rendimiento se debe fijar un horario equilibrado de estudio que te permita descansar durante la noche.

 

Factores a considerar sobre la duración de los descansos

 

El tiempo de trabajo desarrollado. La duración de un descanso que se realiza a los 50 minutos de haber comenzado a estudiar, no debe ser la misma que la duración de un descanso cuando ya llevamos 3 horas trabajando. Dependiendo del tiempo, del rendimiento y de la fatiga mental, podríamos decir que un primer descanso, ha de ser más breve y conforme se va alargando el tiempo de estudio, los descansos habrá que ir ampliándolos poco a poco.

 

El cansancio o fatiga mental. Es necesario recordar que conforme aumenta el tiempo que se dedica al estudio, la fatiga y el cansancio van aumentando. Se debe considerar este aspecto para marcar el momento de realizar un descanso, al igual que determinar el tiempo que durará. A más fatiga, más tiempo de descanso.

 

El estado físico y emocional. Todos tenemos días en los que nos encontramos mejor, estamos más frescos y rendimos al máximo y días en los que no nos encontramos al 100% por cansancio físico, malestar, problemas, etc. Es imprescindible ser realista y valorar el estado físico y emocional a la hora de marcar el tiempo de estudio y de los descansos.

 

La hora del estudio. Otro factor a considerar es el ritmo de vida y las horas que se dedican al estudio, debe observarse bien en cómo se rinde en cada momento del día. Si generalmente se rinde mejor por las mañanas, es posible que por las tardes cueste más concentrarte y las franjas de estudio tengan que ser más cortas.

 

Emplear los descansos del estudio con eficacia

 

Incluye descansos breves en tu horario de estudio actual. Tómate un descanso de entre 5 y 15 minutos cada 50 a 90 minutos para así reposar y revitalizar la mente. El cerebro solo podrá concentrarse por un máximo de 90 minutos, y requerirá un descanso luego de este tiempo.

 

Los resultados exactos variarán dependiendo de las características y hábitos de cada persona. A algunas les irá mejor si toman descansos cada 50 minutos, mientras que otras podrían estudiar aproximadamente 90 minutos sin agotarse. Por ello, es necesario probar diversos periodos de tiempo dentro de este rango a fin de identificar lo que te funcione mejor.

 

La duración del descanso también podría variar un poco dependiendo de cada persona, pero 15 minutos suele ser un buen punto inicial. Es muy importante considerar que considerar el tiempo del descanso es vital para crear los hábitos de estudio, Por ejemplo, uno de 25 minutos podría ser adecuado si pasas 90 minutos entre cada descanso; por otro lado, uno de 10 minutos sería más adecuado si solo estudias por 50 minutos seguido.

 

Debemos regirnos al horario de descanso establecido, aunque al principio para identificar la frecuencia y la duración apropiadas para los descansos debamos ser muy estrictos y cuidadosos. No obstante, una vez que elabores un horario con ellos, será importante respetar el mismo.

 

Estudia solo hasta encontrar un punto de pausa natural y luego toma un descanso, incluso si aún no has terminado el material por completo. Por ejemplo, si estás leyendo un capítulo de un libro, deberás detenerte al llegar al final de la página o de una sección, en lugar de esperar al final del mismo o de la unidad. Ya que si postergas el descanso, esto podría hacer que te esfuerces hasta un punto en el que tu cerebro no pueda concentrarse, o incluso peor, que omitas aspectos importantes por completo sin darte cuenta.

 

Es recomendable hacer los controles de los descansos con un cronómetro al iniciarse en la construcción de este hábito. Esto evitará perder la noción del tiempo durante ellos, de esta forma se podrá retomar el estudio según lo programado. Se puede programar una alarma en el celular para tomar los descansos y para volver al estudio.

 

Cambiar de asignatura o tarea luego de cada descanso es una de las mejores formas de adquirir buenos y saludables hábitos de estudio, ya que así se estimula vías cerebrales diferentes. Para lograrlo es bueno realizar la planificación de un horario de estudio por anticipado considerando esta opción.

 

Consejos para los descansos estudiando

 

Si no se tiene un hábito de estudio constante o se complica mantener la atención durante un tiempo prolongado, se debe considerar la realización de descansos breves pero más seguidos, por ejemplo, cada 30 minutos de tarea tomar un descanso de 5 minutos. Poco a poco y conforme se vaya adquiriendo hábito y constancia en el estudio, se debe ir ampliando los tiempos de estudio y reduciendo los descansos.

 

Si te encuentras muy concentrado, no abandones la tarea aunque haya llegado la hora de realizar el descanso. Si lo haces, estarás interrumpiendo tu concentración y a la vuelta del descanso, es posible que te cueste retomar la tarea.

 

Durante el tiempo de descanso, lo mejor es relajar la mente, el cuerpo y la vista. Para ello, lo más recomendable es apartarse del lugar de estudio y considerar las siguientes actividades:

 

  • Hidratarse o consumir frutas y alimentos nutritivos.
  • Tomar aire. Salir a oxigenarse le vendrá fenomenal a la mente. Se puede aprovechar de pretexto para hacer algún recado rápido.
  • Distraerse conversando con otras personas.
  • No se debe abusar de los dispositivos móviles u otros dispositivos digitales, pues se trata de relajar la vista y la mente.

 

Los descansos durante los periodos de exámenes requieren que se dedique muchas horas al estudio, para ello es recomendable programar secuencias de estudio de no más de 3 o 4 horas.

 

El Método Pomodoro

 

Uno de los métodos más simples, eficientes y usados es el método Pomodoro que fue creado por Francesco Cirillo. Quien utilizó esta técnica para perfeccionar su hábito de estudio y, por consecuencia de descanso.

 

Cirillo quería desarrollar una técnica para optimizar su tiempo y la eficiencia de su trabajo. Para ello definió un sistema con intervalos de 25 minutos de concentración continua intercalados con períodos de 5 minutos de descanso. Para hacer esto, se sirvió de un temporizador.

 

Las etapas del método Pomodoro

 

  • Priorizar las tareas y elegir la que se quiere realizar.
  • Programar el temporizador 25 minutos.
  • Desarrollar la tarea de forma exhaustiva durante estos 25 minutos.
  • Cuando el temporizador marque el final, descansar 5 minutos.

 

Es importante aclarar que si se ha conseguido completar la tarea durante el primer ciclo de 25 minutos, simplemente se debe elegir otra actividad y seguir el mismo proceso. Pero si no se pudo concluirla, transcurridos los 5 minutos de descanso, se debe volver a sincronizar el temporizador otros 25 minutos y continuar con los pasos. Cada ciclo de estudio y descanso recibe el nombre de pomodoro, de ahí el nombre que identifica el método.

 

Después de cuatro pomodoros o ciclos completos, 2 horas, es recomendable realizar un descanso más prolongado; es decir, que se debe descansar por un lapso más largo, por ejemplo 15 minutos en lugar de 5.

 

Evitar las siguientes actividades negativas para los descansos del estudio

 

  • Evitar la comida chatarra por ser altamente perjudicial durante el estudio. Los alimentos sin nutrientes como las comidas rápidas podrían quitarle energía al cerebro y al cuerpo durante el estudio. Los alimentos fritos y los ricos en azúcares procesados son mucho más perjudiciales cuando de estudiar se habla. En lo posible se debe consumir bocadillos y comidas saludables para así mantenerse alertas y con energía.

 

  • Limitar el consumo de cafeína. Aunque en muchos estudios se estableció que esta bebida brinda un efecto estimulante temporal, también los mismos estudios enfatizan que posterior a este efecto puede generar mayor cansancio. Sobre todo en personas que no lo hayan consumido anteriormente. De ser inevitable su consumo, hacerlo en poca cantidad.

 

  • No tomar siestas que duren más de 20 minutos. Las siestas breves pueden ser de utilidad para revitalizarte, pero las de más de 20 minutos pueden incrementar la sensación de cansancio y desmotivación. Hasta dominar este hábito, es recomendable programar una alarma para garantizar no alterar los límites de tiempo planificados.

 

  • Mirar la pantalla con iluminación artificial, ya que puede cansar los ojos y agotar la energía del cerebro. Si se necesita socializar durante el descanso, es mejor hacerlo a través de mensajes o por una llamada telefónica.

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