miércoles, mayo 15, 2024
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Salud, educación y empleo

El país confronta serios problemas que atañen a su futuro inmediato. Es reflejo de la crisis económica, agudizada por la emergencia sanitaria. Situación que no fue encarada, debidamente, por el anterior ni por este gobierno. Ahí tenemos el resultado adverso. Los desaciertos internos contribuyeron a su profundización.
En este marco la trilogía de nuestros tiempos debería ser: salud, educación y empleo. Todos, derechistas e izquierdistas, occidentales y orientales, deberíamos coincidir en esa inquietud, de interés común.
Salvar vidas, en una emergencia sanitaria, provocada por el Covid- 19, es una tarea muy complicada, pero no imposible. No es fácil ejecutar una de esa envergadura. Los registros, al respecto, dan cuenta que, desde marzo del 2020 a la fecha, hubo más de 16.000 decesos por causa de dicho virus. Durante la gestión pasada, cuando aún no existía la vacuna respectiva, hubo un mayor número de fallecidos. Y los picos más altos de contagio se dieron con el actual gobierno.
Gracias al esfuerzo de éste, de gobernaciones y municipios, se avanza en la inmunización. Pese a que la vacuna llega, con cierto retraso. Hecho que ha intranquilizado a la ciudadanía. Pero se avanza. Miles de personas acuden a diario a los puntos de vacunación. Una buena señal. Hay interés, por lo visto, en preservar la vida, la salud y el bienestar.
El gobierno nacional, en éste marco, asignó un presupuesto de 1.863 millones de bolivianos para financiar el programa de lucha contra el Covid-19. Obviamente que éste será un buen soporte para reducir la arremetida del “enemigo invisible”.
Creíamos que las epidemias o pandemias habían desaparecido. Pero estuvimos equivocados. Y ahora estamos lidiando con el Covid-19.
Los pobres continúan siendo pobres. Posiblemente más pobres, en la pandemia. Los hijos de éstos confrontan graves problemas, en un sistema de educación virtual. No tienen acceso a internet, en la mayoría de los casos. Tampoco disponen de instrumentos tecnológicos apropiados para seguir el curso de aquél. Los pobres seguirán postergados, pero los discursos demagógicos, provenientes de los salvadores de pobres, se multiplicarán. Es hora de priorizar la educación, dotando a maestros y estudiantes de todo lo que requieren, en la era del Covid- 19. Éste aún no da señales para irse.
Al cierre de la gestión 2020, y esto es de conocimiento público, se dijo que 400.000 personas estaban desempleadas. Consecuencia, obviamente, de la rígida cuarentena, asumida a fin de evitar la propagación de aquel mal. Medida que obligó, inclusive, el cierre de importantes empresas que generaban empleo, digno y seguro. En lo que va del año, a abril, se habrían cerrado 800 empresas. Se estima que 100 unidades productivas cierran cada día. Pero que la desocupación, a abril de 2021, habría descendido, según fuentes responsables.
Lo prioritario, por lo visto, continúa siendo la creación de nuevas fuentes de trabajo, recurriendo, en lo posible, a un esfuerzo mancomunado, de públicos y privados. Si no se asume esta actitud, estaremos en la situación de siempre.
En suma: es urgente trabajar por la salud, la educación y el empleo…

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