lunes, junio 17, 2024
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Nebulosa reunión en Washington

La actividad política es permanente e inevitable en los seres humanos, en especial cuando problemas sociales, desastres naturales y asuntos económicos se producen con intensidad y ocasionan antagonismos que no se solucionan mediante la violencia. En Bolivia el interés por la actividad política ahora crece debido al agravamiento de problemas económicos, por desastres ambientales, dificultades en la alta jerarquía burocrática del país, en fin, hay malestar en todo nivel.
Por ese ritmo, los problemas políticos adquieren intensidad o bien se debilitan, pero su velocidad no se detiene y es motivo de interés continuo, es decir que se desarrolla con características agudas y otras veces con baja intensidad. También el país puede ingresar en etapas de desconcierto por la debilitación de la esencia de la nacionalidad o por la influencia de factores externos.
En ese movimiento continuo, en tiempos recientes la política ha sufrido bajones considerables, pero mayor desorientación, sin que el país tenga un norte seguro a donde ir. Bolivia vive momentos cruciales en medio de la oscuridad, sin encontrar una salida. En ese proceso, en semanas pasadas, la inquietud de algunos políticos ha adquirido nivel candente y ellos han tomado la iniciativa de reunirse en la capital norteamericana, donde debieron haber enfocado el estado en que se encuentra el país y, a no dudarlo, plantearon algunas ideas para enfrentar y evitar el hundimiento de la nacionalidad.
Pero no tiene importancia el lugar donde hubo ese “concilio”. Tampoco tiene mayor interés conocer a quienes se han podido reunir en esa ocasión. Esos aspectos no son determinantes. Lo importante de esa reunión es qué han podido definir sobre asuntos del mayor interés nacional, de tal forma que la población sepa qué valedera estrategia van a adoptar y cuáles serían los medios para llegar a sus objetivos.
Que la sesión se haya realizado en Estados Unidos o en Rusia no tiene la relevancia que se le quiere dar en ciertas esferas políticas. Tampoco tiene importancia capital quiénes fueron los protagonistas de ese encuentro. Lo importante es ver si han podido adoptar una posición política para que puedan tomar el timón de la nave del país y llevarla a buen puerto, en medio de mares llenos de peligros y empezar a salir del fondo del abismo en que se encuentra.
En esa forma, el cónclave de Washington solo puede convertirse en una esperanza como faro de orientación, pues, en caso contrario, terminaría en un enorme cero. Entonces, el mencionado “concilio” habría sido como juntar un montón de ladrillos rotos, sin una bandera de fines verdaderos y concretos, como lo fue el deseo de liberación en los primeros tiempos hasta la fundación de la nación boliviana.
La reunión en Washington tiene, en esa forma, relativa importancia y de no tener grandes metas se extinguirá sin dejar ni cenizas. Pruebas de ese tipo se han realizado muchas veces y rara vez han podido tener éxito. Por lo cual, habrá que tener paciencia para esperar qué ha podido ofrecer el encuentro de políticos en la capital estadounidense.

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