lunes, mayo 13, 2024
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A pesar de los indicadores gubernamentales

Se agudizará crisis de la economía

> El crecimiento económico de Bolivia no superará el 2% en la presente gestión, según los organismos internacionales.

El Gobierno destaca baja inflación, menor desocupación y estabilidad económica, pero las entidades internacionales observan que la economía boliviana enfrenta riesgos y de no tomar cartas en el asunto agudizará su crisis. De Economist, así como Bloomberg observaron el desenvolvimiento del sistema financiero, mientras que las calificadoras bajan las notas a Bolivia, y se encuentra en segundo lugar con más riesgo país.
Para el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, el 2024 será realmente un año complicado en el tema económico, debido a las calificaciones y la incertidumbre que siente la población.
Describió que JP Morgan ubica a Bolivia en segundo lugar de mayor riesgo después de Venezuela, mientras los crecimientos estimados por el Banco Mundial (BM) y Fondo Monetario Internacional (FMI) son de 1,4% y 1,6%, no supera ni el 2%, mientras el optimismo del Gobierno proyecta 3,71%.
Las proyecciones de crecimiento económico son poco alentadoras, sostiene Romero a tiempo de indicar que las calificaciones de Fitch Ratings y de Moody´s muestran un mayor riesgo país, y esta última bajó la calificación debido a la incertidumbre de los créditos a largo plazo.
A todo esto hay que sumarle el problema de gobernanza y quiebre político en el partido gobernante, conflictos sociales y otros, que limitan su crecimiento económico y ejercen más presión sobre la crisis.
La caída de los ingresos de la venta del gas, así como la baja producción, y el retraso en el despegue de la producción de carbonato de litio, ponen las alarmas a nivel mundial, así lo reflejan los medios especializados en economía The Economist y Bloomberg.
Bloomberg y Economist señalan, por separado, problemas serios de tipo fiscal por una deuda pública que supera el 80% del Producto Interno bruto (PIB), sostiene el entrevistado y agregó que los problemas fueron provocados por el déficit fiscal que arrastra la administración de Gobierno desde hace 11 años, debido al extraordinario gasto público, en especial por la subvención.
A eso se suman los problemas comerciales, que ya registra el país con los déficits desde el año pasado. “En lo que va del año, el saldo negativo supera los 200 millones de dólares”, apuntó Romero.
También está el tema de las Reservas Internacionales Netas (RIN), que cayeron a la fecha 90%, lo que ha provocado la escasez de dólares en el mercado nacional y a la fecha no se ha superado, a pesar de los esfuerzos que hace el Gobierno con la implementación de varias medidas.
Sin embargo, la escasez de dólares provoca una presión financiera alta que pone entre las cuerdas al sistema financiero, sostiene Romero, apreciación que también observan los medios especializados.
Mientras, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) asegura estabilidad del sistema financiero nacional.
Hace meses atrás, el economista Gabriel Espinoza dijo y coincidió en parte con Gonzalo Chávez, por separado, que el Gobierno pelea por recursos con los bancos en el sistema financiero. A este panorama se suma la escasez de la divisa, que pone en serios apuros a los bancos.

Inflación
Asimismo, en lo que respecta a la cifra más baja de inflación en la región, Romero indica que en el primer trimestre los productos subieron entre 15% a 20%, cuya situación merma el poder adquisitivo de los bolivianos y que no se refleja en los indicadores del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Aun así, el dato del INE muestra un incremento a comparación del año pasado en el mismo período de medición, lo que indica que los productos experimentan incremento de precios por diferentes circunstancias.

Calificación
Moody’s Ratings (Moody’s) rebajó el viernes las calificaciones de emisor de largo plazo en moneda local y extranjera y de deuda senior no garantizada del Gobierno de Bolivia a “Caa3” desde “Caa1” y cambió la perspectiva de las calificaciones de negativa a estable, señala la calificadora en su página oficial.
La rebaja de las calificaciones refleja la evaluación de Moody’s, de que los actuales desafíos de gobernanza y el mayor riesgo político interno han exacerbado las presiones de liquidez externa a niveles críticos, como resultado de una disminución persistente de las reservas de divisas que amenazan con una crisis de balanza de pagos.
La aprobación por el Congreso de una nueva Ley del Oro proporcionó un alivio temporal de la liquidez en 2023, lo que permitió al Banco Central convertir una parte de sus grandes tenencias de oro en reservas líquidas de divisas, pero el nivel de reservas ha seguido disminuyendo y el límite legal sobre el oro del banco central, las ventas, casi se han alcanzado.
Los préstamos pendientes de instituciones de desarrollo multilaterales y bilaterales, una importante fuente de divisas para el soberano, no habían sido aprobados por el Congreso hasta hace muy poco debido a luchas políticas internas entre diferentes facciones del partido gobernante.
Los préstamos proporcionan financiamiento esencial para el déficit de cuenta corriente de Bolivia en el corto plazo, pero no abordan las necesidades de financiamiento externo del país en el largo plazo. Aunque los pagos de los dos bonos soberanos internacionales pendientes de Bolivia no vencerán hasta 2026, las persistentes presiones de liquidez externa han aumentado los riesgos crediticios soberanos, según la entidad.
La perspectiva estable refleja la opinión de Moody’s de que los riesgos al alza y a la baja para el perfil crediticio de Bolivia permanecen equilibrados. Los desembolsos entrantes de préstamos en moneda fuerte de instituciones multilaterales de desarrollo, las recientes medidas gubernamentales destinadas a apuntalar las reservas de divisas, combinados con la estructura favorable de las obligaciones de deuda externa de Bolivia, ayudarán a mitigar algunas de las actuales presiones crediticias de corto plazo.
Sin embargo, Moody’s espera que persistan importantes desafíos crediticios, incluidos niveles muy bajos de reservas de divisas, niveles decrecientes de producción en el sector de hidrocarburos y un elevado riesgo político interno.
Como se recordará en febrero de la presente gestión, Fitch Ratings también rebajó la calificación de Bolivia de “B-” a “CCC” y advirtió de “riesgos” por rebaja de las RIN, asimismo estimó un crecimiento económico para este 2024 de 1,8%.
Según la calificadora, es probable que los amplios déficits fiscales, financiados en gran medida con préstamos del Banco Central; y la ausencia de un plan de consolidación concreto sigan ejerciendo presión sobre las reservas, que a la fecha de hoy se desconoce, y sólo hay el último dato de un poco más de 1.700 millones de dólares.
Ya advirtió la calificadora que ese panorama se reflejó en un racionamiento de divisas y el surgimiento de tipos de cambio de mercados paralelos, como lo que ocurre actualmente.
La escasez de la divisa se observa en el mercado nacional, y en el mercado paralelo el dólar subió a 8,40 bolivianos, lo que encarece la producción nacional, pero también los productos legales e ilegales que ingresan al país y se refleja en el incremento de la inflación.
Entretanto, el economista y exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza Y., escribió en su cuenta @g_espinoza que “otra rebaja en la calificación de deuda soberana de Bolivia, esta vez de Moody’s, de ‘Caa1’ a ‘Caa3’, lo que es una calificación de calidad crediticia muy baja, que indica un riesgo crediticio extremadamente alto y una alta probabilidad de incumplimiento. Esta rebaja sale además en un momento en el que el Gobierno hablaba con bancos de inversión para lograr financiamiento a través de instrumentos como la titularización. La negación del Gobierno es ya peligrosa para el país”.

Oficial
Mientras tanto, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas objeta la calificación que acaba de emitir Moody´s de “Caa1” a “Caa3”, con perspectiva estable, porque no considera las políticas económicas que permiten proteger la estabilidad y el crecimiento económico de Bolivia, con medidas sociales y redistribución del ingreso que preservan el bienestar de la población boliviana.
El informe de Moody’s no muestra una evaluación exhaustiva de todos los factores que influyen en la economía boliviana, limitando su análisis a las presiones de liquidez en moneda extranjera, tampoco considera las acciones concretas asumidas por el Gobierno para abordar estos temas.
El Gobierno ha implementado medidas para hacer frente a las presiones de liquidez en el corto plazo y para fortalecer las Reservas Internacionales Netas (RIN) a mediano plazo, a través de estrategias como la industrialización, la sustitución de importaciones y el fortalecimiento productivo. Asimismo, el Gobierno Nacional ha cumplido con sus obligaciones de servicio de deuda puntualmente.
El Ministerio de Economía cuestiona que la evaluación de Moody’s no valore los indicadores positivos de la economía boliviana, como el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y la inflación anual, que la posicionan como una de las economías que, pese al contexto adverso mundial, está logrando crecimiento económico y cuenta con una de las tasas de inflación más bajas de Sudamérica, respectivamente.
El Ministerio de Economía refuta la consideración sobre las presiones de liquidez externa en la Balanza de Pagos, porque la misma no considera que las reservas se estén estabilizando y que los indicadores de riesgo soberano ha mejorado en 2024.
En el mes de febrero, el Gobierno suscribió un acuerdo con el sector empresarial con medidas para mejorar la liquidez externa como la liberalización de exportaciones, devolución inmediata de Certificados de Devolución Impositiva (Cedeim) a los exportadores y promoción de inversiones en sectores estratégicos, como el agrícola y el de biocombustibles han tenido un impacto positivo, permitiendo apoyo a los sectores generadores de divisas y apoyando a la industria en la sustitución de importaciones para reducir la salida de divisas. De ese acuerdo el Gobierno Nacional ya ha cumplido 8 de los 10 puntos, los cuales se están implementando.
Finalmente, el medio especializado en economía The Economist anuncia que para el primer período de 2026 se prevé una devaluación gradual del 25%, lo que llevaría el tipo de cambio a 9,26 bolivianos por dólar, escribió Espinoza en su cuenta de X (Twitter).

 

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