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En microempresarios

Impacto negativo generado por reducción de la demanda y por los ajustes salariales

> La apertura de mercados es un pedido de los micro y pequeños empresarios ante el abandono del Gobierno al sector textil.

La reducción en la demanda y los ajustes salariales impactan negativamente en el desempeño y la viabilidad de micro y pequeñas empresas a nivel nacional. Por ello piden apertura de mercados, en especial el de Estados Unidos. Además, el Estado ya no compra al sector. Así lo hicieron conocer los afiliados al representante de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, en una reunión.
El encuentro tuvo lugar en la casa de los Industriales, en donde el presidente de la Cámara Nacional de Industrias acompañado por el vicepresidente Gonzalo Morales, recibió a Mario Montoya, presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype).
En el encuentro se trató los principales retos económicos que enfrenta el país, incluyendo la contracción de la demanda y los efectos de los incrementos salariales en la industria manufacturera.
Los líderes exploraron los problemas actuales que están afectando tanto a la industria manufacturera como a las micro y pequeñas empresas, sectores que son esenciales para la economía nacional. Una de las preocupaciones centrales fue cómo la reducción en la demanda y los ajustes salariales están impactando negativamente en el desempeño y la viabilidad de estas empresas.
Durante la reunión, se enfatizó el rol crucial que desempeña Conamype al representar a 2 millones de unidades productivas, incluyendo emprendedores y empleados, lo que constituye una parte significativa de la fuerza laboral del país.
Ese aspecto subraya la necesidad de implementar medidas conjuntas que respalden la sostenibilidad y el desarrollo de las micro y pequeñas empresas ante los retos económicos actuales.
Además, se acordó fortalecer la colaboración entre la CNI y Conamype, enfocándose en la realización de actividades conjuntas y en el intercambio de información que ayudará a ambas organizaciones a manejar mejor los desafíos del mercado y a diseñar estrategias más efectivas.
«Estamos comprometidos a trabajar juntos para superar los obstáculos que enfrenta nuestra economía», dijo Pablo Camacho.
Por su parte, Mario Montoya enfatizó la necesidad de un esfuerzo unido, declarando que «nuestra colaboración es más crucial que nunca para proteger y potenciar a las pequeñas empresas, que son la columna vertebral de nuestra economía».
El diálogo entre la CNI y Conamype marca un paso importante hacia una cooperación más estrecha, con el objetivo de promover un entorno empresarial más resiliente y próspero para todos los sectores involucrados.

Mercados
Mientras tanto, el exdirigente de la Federación Regional de la Micro y Pequeña Empresa de El Alto, Humberto Sandoval, en declaraciones a radio San Gabriel, señala que los decretos promulgados en favor del sector no sirven, pues el Gobierno se encargó de destruir a los microempresarios durante los últimos 14 años.
“(…) no hay exportación, no hay venta directa al Estado, ya que el Estado compra a Senatex, no a la microempresas”, criticó y agregó que los dirigentes no pelean por el sector, sino por acomodarse en una pega en el sector público con buenos sueldos.
Las microempresas están a punto de colapsar, alertó, así también exigió la apertura de mercados, en especial el de Estados Unidos.
De acuerdo a información oficial, entre enero y octubre de 2021, las exportaciones de textiles alcanzaron los 21,77 millones de dólares a diferencia de lo registrado en similar período de 2020, que fue de 18 millones.
Los principales mercados son Estados Unidos, con el 38% del total de las exportaciones; países del Mercosur, 29%; Comunidad Andina, 12%; Unión Europea, 10%; y Chile con el 5%.
Mientras en un informe de la Unidad de Análisis de Producción (Udapro) de marzo de 2015, se muestra que hasta el 2007 las ventas a Estados Unidos lideraban, pero a partir del 2008 cambió la situación y Venezuela empezó a tomar el liderazgo, y hasta el 2014, las exportaciones alcanzaron a 66,4 millones de dólares.
Como se recordará mediante el acuerdo de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (Atpdea), Bolivia exportaba textiles a Estados Unidos con arancel cero y generaba un movimiento económico importante para el occidente del país, en especial, la ciudad de El Alto.
Sin embargo, el 30 de junio de 2009 el gobierno de Estados Unidos suspendió a Bolivia de manera definitiva en el beneficio del Atpdea, el anuncio causó inmediata preocupación en diversos sectores empresariales y de trabajadores en el país.
El Gobierno de Evo Morales decidió que no necesitaba el acuerdo pues establecía metas en el control de la producción de coca.

Antecedentes
El 4 de diciembre de 1991, el presidente de Estados Unidos, George Bush, expidió el “Andean Trade Preference Act” (ATPA, Ley de Preferencias Arancelarias Andinas), el componente comercial del programa de la Guerra contra las Drogas de aquel país, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce).
La Ley se hizo efectiva a partir de julio de 1992, beneficiando a Colombia y Bolivia como elegibles para ser beneficiarios del ATPA. Este mismo privilegio se amplió a Ecuador en abril del 1993 y a Perú (agosto de 1993), durante la administración del presidente Bill Clinton.
La ATPA tenía entre sus objetivos estimular y crear alternativas de empleo para sustituir la producción y tráfico ilícito de drogas, mediante la diversificación y aumento del comercio entre los países andinos y EEUU.
A través del ATPA se eliminaron barreras arancelarias en el mercado estadounidense para 5.600 producto, manteniéndose en excepción “productos sensibles” (entre ellos, las confecciones textiles).
La vigencia de la ley venció el 4 de diciembre de 2001. Los cuatro países beneficiarios realizaron gestiones por su prórroga y ampliación (a nuevos productos como las confecciones textiles), marroquinería (artículos de cuero), derivados de petróleo, y otros productos de menor cuantía, entre ellos ciertas manufacturas de madera. Las gestiones dieron por resultado la firma por parte del presidente George W. Bush, el 6 de agosto de 2002, de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (Atpdea), sostiene el Ibce.
Esta ley expiró el 31 de diciembre de 2006. A petición de los gobiernos, principalmente de Colombia y Perú, para la ratificación en el Congreso estadounidense y la puesta en vigencia de sus respectivos Tratados de Libre Comercio (TLC) con EE.UU., fue extendido en tres oportunidades: hasta junio de 2007; febrero de 2008 y 15 diciembre de 2008.
El beneficio fue suspendido para Bolivia a partir del 15 de diciembre del 2008 por “la falta de cooperación de Bolivia con los Estados Unidos en la lucha antidrogas”, decisión que podía ser revertida a partir del 1 de julio previo concepto favorable del Presidente de los EE.UU.
El 30 de junio de 2009, el presidente Barack Obama hizo conocer su opinión, de que no se habían cumplido varias de las “condiciones de elegibilidad” para continuar gozando de dicho mecanismo.

Empleo
Según estimaciones del Ibce, las exportaciones de productos bolivianos a EE.UU. beneficiadas por el Atpdea generaban por lo menos 40.000 empleos directos e indirectos. Si tan solo un 70% de dichos trabajadores fuera Jefe de Hogar, con 3 dependientes cada uno, el número de “beneficiaros directos e indirectos” en Bolivia habría superado las 120.000 personas, cifra considerada conservadora. Una parte de esos productos se cobija ahora en el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP); sin embargo, las confecciones textiles, productos de cuero, ciertas maderas trabajadas y otros productos, no tienen esta cobertura y deben pagar aranceles para entrar a EEUU.
Se estima que el sector textil por sí solo generaba cerca de 16.000 fuentes de empleos directos e indirectos, mientras que en el sector de la industrialización del cuero aproximadamente, los derivados de las maderas trabajadas no cubiertas por el SGP y otros, 4.000 empleos adicionales. Con ello, 20.000 empleos directos e indirectos están afectados por la falta del Atpdea. Considerando que la mayor parte de aquellos son jefes de hogar y tienen familia, el número de personas que dependen de dicho mercado supera las 80.000.
Se calcula que El Alto y La Paz concentran más del 70% del empleo generado por las ventas vía Atpdea.

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