En naciones europeas y Estados Unidos, son puestas en aplicación extrañas medidas sobre la agricultura y la densidad demográfica, por lo que surgen numerosas voces sobre que se intensifican los intentos dirigidos a disminuir la producción agropecuaria que no sea ecológica, así como detener el crecimiento poblacional.
En países europeos bajo el dominio de la Unión Europea al parecer esas dos políticas están ya en aplicación y con una serie de medidas económicas se tiende a reducir la producción de alimentos y ganadería y con insistencia reducir la población que vive en el campo.
Debido a esas políticas calificadas de imperativas, en varias naciones europeas, en el pasado marzo, han aparecido gigantescas marchas de protesta de agricultores que con tractores salieron a las carreteras, manifestando que esas leyes restrictivas son perjudiciales y que no aceptan cumplirlas.
Las obligaciones para reducir la producción agrícola que no tenga características ecológicas son, entre otras, que los granjeros dejen de producir alimentos en alrededor del cincuenta por ciento en las áreas de cultivo y hagan plantaciones de árboles. A la vez, se obligaba de manera indirecta a los campesinos a vender sus terrenos y migrar a las ciudades.
Pero no solamente se observa esa determinación en países europeos. También esas tácticas se las está aplicando en Estados Unidos, donde, igual que en el viejo continente, son reducidas las superficies cultivadas, se hace caer la producción de alimentos y se obliga a los granjeros a vender sus parcelas y migrar a las ciudades y el exterior.
Los procedimientos utilizados en Estados Unidos tienen el mismo fin y consisten en reducir las áreas cultivables, vender menos agua los granjeros, hacer que las empresas que venden semillas reduzcan sus ventas, que haya migración a las ciudades, y otros.
En cuanto a Bolivia, esa genocida política agropecuaria no es desconocida. En efecto, a lo largo de lo avanzado en este siglo, se la ha aplicado en gran proporción. Millones de campesinos han sido privados de su derecho de propiedad de sus parcelas, lo que causó la gran migración a las ciudades y el exterior. También se ha reducido la producción de alimentos en alto porcentaje, creciendo el contrabando desde países vecinos, se ha abandonado la agricultura del altiplano totalmente y solo se alienta para cultivar más tierra en el oriente, pero no para producir alimentos sino para biocombustibles.