jueves, mayo 2, 2024
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La IA y el Notario de fe pública

Saturnino Caillante Quenta

Actualmente es posible observar un avance significativo de la Inteligencia Artificial (IA). Y a pesar de que expertos en el tema expresaron su preocupación por dicho avance, en lo que queda del año 2024, se espera el lanzamiento de nuevos modelos de inteligencia artificial, con la capacidad de planificar, razonar y tener memoria.
El impacto de la IA en diversas áreas de conocimiento es más notorio con el pasar del tiempo, por ejemplo, en el área de diseño gráfico, al utilizar prompts específicos, es posible generar ilustraciones con rapidez, trabajo que antaño requería varios días. En el área de la redacción, con el uso de prompts, es posible generar textos de forma automática.
En el campo del Derecho, el impacto de la inteligencia artificial se dirige hacia tres áreas de acción, la solución de problemas, el aprendizaje y la toma de decisiones.
La solución de problemas implica la capacidad de optimizar la prestación de un servicio jurídico. En el caso de los notarios de fe pública, con la IA se podría responder de forma automática, con chatbots, a las dudas de los usuarios, sobre cuáles requisitos necesitan para un trámite, qué procedimiento tienen que seguir.
La inteligencia artificial puede facilitar el aprendizaje de idiomas para los notarios, lo que se relaciona con los principios de la interculturalidad y servicio a la sociedad del notariado. El notario tiene que tener capacidad para atender a usuarios de varias culturas, que hablan distintos idiomas. Con la IA el notario puede aprender los idiomas más requeridos en la región en la que trabaja.
La toma de decisiones por parte de la IA se constituye en algo controversial, debido a que se le delegaría la responsabilidad de un veredicto o la redacción de un documento jurídico. Desde esta perspectiva, cabe analizar la capacidad de la IA para tomar decisiones y redactar un documento jurídico.
Respecto a la toma de decisiones, el principal problema que tendría que afrontar la inteligencia artificial tiene que con los vacíos jurídicos, cuando no hay claridad respecto a la aplicación de la normativa. Por ejemplo, en el caso de la sucesión del patrimonio digital por causa de muerte, que no tiene regulación específica en el contexto boliviano, la IA tendría dificultades en el momento de decidir la distribución de la herencia entre los herederos.
En cuanto a la redacción de documentos notariales, el mayor problema que tendría la inteligencia artificial se refiere al lenguaje, a su interpretación. Por ejemplo, en el caso de la redacción de un documento notarial de transferencia de inmuebles, el uso de la palabra “fruto” puede generar confusión, debido a que puede interpretarse como una fruta y no, así como los bienes que surgen de un bien inmueble.
Hasta esta fecha, la inteligencia artificial aún no cuenta con la capacidad suficiente para tomar decisiones jurídicas y redactar documentos jurídicos, lo que incluye al área del derecho notarial.
Sin embargo, con el pasar del tiempo y con el avance de la tecnología, la situación podría cambiar. Si la IA es entrenada en el área del derecho, lo que incluye el derecho notarial, podría superar las limitantes mencionadas previamente. Ante este contexto, se tiene que empezar a estructurar de forma progresiva su regulación, como es el caso de la Unión Europea, que cuenta con una ley que regula la inteligencia artificial y establece niveles de riesgos respecto a su utilización.

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