Crece exportación de riqueza natural

Los modernos países imperialistas levantaron una bandera política, señalando que las naciones pobres, propietarias de materias primas, debían liberarse del colonialismo y utilizar esas riquezas naturales e industrializarlas según sus propios intereses, cosa que, por lo demás, ya lo estaban haciendo. Se trató de una consigna valiosa, pero, pasado algún tiempo, esos nuevos imperialismos la olvidaron y acudieron al procedimiento de saquear a los países pobres, colonizarlos y obligarles a exportar sus recursos naturales para ellos, amén de cumplir órdenes políticas coloniales.
En esa forma, al contrario de lo que se predicaba con bombos y platillos, las nuevas potencias lo primero que hicieron fue someter a sus instrucciones políticas a los países pobres y obligarles a venderles materias primas con precios baratos, sin consideración, al contrario de lo que antes ofrecían. Es más, aparte del saqueo de recursos naturales, las naciones empobrecidas fueron obligadas a producir más productos y no solo eso, las invadieron y sometieron a una tiranía casi imposible de enfrentar y liberarse de ella.
La peor de esa política colonizadora fue que los principales autores de ese saqueo despiadado, fueron los supuestos partidos de izquierda y “revolucionarios” que, al mismo tiempo, se convirtieron en verdugos de sus pueblos. Esos agentes del nuevo coloniaje, con el título de “socialismo”, condujeron a sus países del sartén al fuego.
Se puede decir que los nuevos imperialismos manipularon la economía y la propaganda en los países sometidos a su férula, hasta obligarlos a caer en su sistema económico y, entonces, no les quedó otra opción que aceptar las condiciones foráneas, única forma para poder subsistir, es decir, vendiendo su alma al diablo.
Esa reflexión viene como anillo al dedo cuando Bolivia está siendo obligada a caer en las garras rampantes de ese sistema colonialista. En efecto, se ha abandonado la política de industrializar las riquezas naturales del país y orientarlas hacia la exportación. Así mismo, se habla de industrializar el país, pero con equipos inservibles que solo dan pérdidas y que, a lo más, pueden servir para ser vendidos como fierro viejo, porque el país ha dejado de producir insumos que puedan servir a esos “elefantes blancos”.
Bolivia tiene actualmente ingresos por la exportación de riquezas naturales como oro, zinc, plata, estaño, maderas finas, soya, algo de plátanos y artículos que no podrán abastecer a esas industrias livianas sin mayor importancia. Es más, ahora, un sector desplazado del gobierno está gestionando la exportación de hierro del Mutún, no solo por el río Paraguay sino por puertos chilenos, en grandes cantidades y, precisamente, hacia uno de los imperialismos recién nacidos, que se caracterizan por su ánimo de dominio mundial, que es mucho más voraz que los anteriores. En esencia, Bolivia se convierte de nuevo en país exportador solo de materias primas y otras riquezas naturales.