lunes, abril 29, 2024
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Una herida centenaria que permanece abierta

Cada 23 de marzo recordamos la nefasta Guerra del Pacífico que duró de 1879 a 1880 y por la cual Bolivia fue despojada por Chile del departamento del Litoral, de aproximadamente 120 mil kilómetros cuadrados y una costa marítima de 400 Km. Tal despojo territorial significó que quedáramos sin salida soberana al mar y con una serie de problemas por el enclaustramiento. Pero también perdimos una enorme cantidad de recursos naturales, especialmente mineralógicos, que habían sido apetecidos desde mucho antes de la guerra por el país invasor.

Al respecto, contiene valiosa información el artículo titulado “La colosal riqueza minera perdida en la Guerra del Pacífico”, escrito por el prestigioso Ing. de Minas Jorge Espinoza Morales, columnista de este matutino. Dicha nota fue publicada en febrero pasado y contiene datos reveladores, como los siguientes.

Entre las regiones arrebatadas a Bolivia está Antofagasta, donde están varias minas, como Chuquicamata, que empezó a producir cobre a nivel industrial en 1915. Al decaer su producción, fue sustituida por la mina La Escondida en 1990. El Ing. Espinoza resalta que la exportación chilena de cobre en 2022 representó el 59% de la exportación total de ese país. “Se dice que el cobre es el sueldo de Chile para conquistar la independencia económica”. También resalta “que las exportaciones de cobre de Bolivia en 1864 y 1867 fueron las más altas, cobre que era producido en el departamento del Litoral al que los diferentes gobiernos no le dieron importancia”. Además, ese departamento era gran productor de salitre, muy requerido por entonces, lo que provocó la Guerra del Pacífico.

Pero otros minerales también implican fabulosas ganancias económicas, como molibdeno en las minas de cobre. Las salmueras de Atacama son ricas en litio, ya que, por evaporación solar, su costo de producción es bajo. En el Litoral, la mina de plata Caracoles con gran producción. La explotación de estos y otros minerales enriqueció a Chile. El importante texto del Ing. Espinoza contiene muchos más datos y cifras.

Como se puede deducir, la invasión de Chile al territorio marítimo boliviano fue preparada con antelación, premeditación y por intereses esencialmente económicos. Por ello, recordemos que, en el año 1900, Abraham König, Ministro Plenipotenciario de Chile, pretendiendo consagrar el derecho de conquista, envió al gobierno de Bolivia una nota en la que, en parte saliente decía: “Que el Litoral es rico y vale millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale; que si nada valiera, no habría interés en su conservación…”.

A pesar de tales antecedentes sobre tan gigantescas pérdidas, durante el gobierno masista de Evo Morales hubo un desastroso manejo tanto del tema marítimo como del caso de las aguas del Silala, sin que se haya dado curso a procesos de investigación para establecer responsabilidades. Y a pesar de que algunos desean que la reivindicación marítima quede en el olvido, la profunda herida que ha provocado la injusta y despiadada invasión territorial, permanecerá abierta en quienes tienen un amor profundo por la Patria.

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