sábado, abril 27, 2024
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Según revelaron científicos

Océano Atlántico podría ser absorbido por un anillo de fuego y desaparecer

Un reciente estudio advierte que el Océano Atlántico podría eventualmente desaparecer absorbido por una zona de subducción conocida como el “Anillo de Fuego”, similar al existente en el Pacífico. Esta zona, ubicada bajo el Estrecho de Gibraltar, entre España y Marruecos, podría expandirse hacia el oeste y provocar el cierre del océano.
El investigador principal, João Duarte, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa, junto a su equipo, utilizaron un modelado por computadora para rastrear el desarrollo de esta zona desde el Oligoceno hasta proyectar su expansión futura, por lo que en unos 20 millones de años, la humanidad podría presenciar una transformación significativa del paisaje atlántico.
El estudio, publicado en la revista Geology, proporcionó evidencia de que la subducción, un fenómeno donde una placa tectónica se desliza debajo de otra está comenzando en el Atlántico.
A medida que el suelo oceánico se hunde en el manto, los continentes se acercan, lo que eventualmente podría hacer que el océano se cierre: “Las zonas de subducción son las que provocan el cierre de los océanos”.
La zona de subducción debajo del Estrecho de Gibraltar es particularmente interesante debido a su actividad “durmiente”, es decir, la velocidad a la que la placa africana se desplaza bajo la placa euroasiática es extremadamente lenta. A pesar de su tamaño actual, relativamente pequeño con unos 200 kilómetros de longitud y más de 560 kilómetros de profundidad, se espera que crezca hasta alcanzar unos 800 kilómetros en el futuro próximo.
Este fenómeno no solo tiene implicaciones geológicas significativas, sino que también plantea un recordatorio sobre el potencial sísmico de la región. La historia ya demostró las consecuencias devastadoras de la actividad sísmica en áreas con zonas de subducción activas. Prueba de ello fue el Terremoto de Lisboa de 1755, con una magnitud estimada de 7,7 que dejó alrededor de 12,000 muertos y la destrucción casi total de la capital portuguesa, de acuerdo con datos del New York Post. (Infobae)
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