lunes, mayo 6, 2024

Mi Centro Vida

David Foronda H.

El denominativo es apropiado: “Mi Centro Vida”. Funciona desde hace varios años en el Teleférico, para atender cualquier problema de salud que pueda presentarse en todas sus líneas. Profesionales jóvenes cumplen las tareas de atención sanitaria, no sólo a personas que usan tal servicio, sino a la población en general, hasta sábados y domingos. Toma de presión, glicemia, control de diabetes, revisión médica exhaustiva, y otros, son gratuitos. El Teleférico y el Ministerio de Salud son los entes que hacen posible el servicio.
Mención aparte para el Centro de la línea roja, ex Estación Central; ahí la Dra. Eva E. Sunavi Ibáñez, Médico General, con sencillez, amabilidad y cordialidad, reconocido por los pacientes, cumple su tarea en medio de elogios: “hace honor al Juramento Hipocrático” (data del año 500 a.C.). El mismo dice en partes sobresalientes:
Juro por Apolo médico, por Esculapio, Hygia y Panacea, juro por todos los dioses y todas las diosas, tomándolos como testigos, cumplir fielmente, según mi leal saber y entender, este juramento y compromiso: Venerar como a mi padre a quien me enseñó este arte. Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura. En cualquier casa que entre, lo haré para bien de los enfermos, apartándome de toda injusticia voluntaria y de toda corrupción. Todo lo que vea y oiga en el ejercicio de mi profesión, y todo lo que supiere acerca de la vida de alguien, si es cosa que no debe ser divulgada, lo callaré y lo guardaré con secreto inviolable. Si este juramento cumpliere íntegro, viva yo feliz y recoja los frutos de mi arte y sea honrado por todos los hombres y por la más remota posteridad. Pero si soy transgresor y perjuro, avéngame lo contrario.
La actualización de la fórmula hipocrática la llevó a cabo la Asociación Médica Mundial (Asamblea General, Ginebra, 1948), luego revisada en 1968 (Sídney) a su turno señala: “Juramento de fidelidad profesional. En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica: Prometo solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad; otorgar a mis maestros los respetos, gratitud y consideraciones que merecen; ejercer mi profesión dignamente y a conciencia; velar solícitamente y ante todo por la salud de mi paciente; guardar y respetar los secretos a mí confiados, aun después de fallecido mi paciente; mantener incólumes por todos los conceptos y medios a mi alcance el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica; considerar como hermanos a mis colegas; no permitir que consideraciones de credo político o religioso, nacionalidad, raza, partido político o posición social se interpongan entre mis deberes profesionales y mi paciente; velar con el máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, aun bajo amenaza, y no emplear mis conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas. Solemne y libremente, bajo mi palabra de honor, prometo cumplir lo antedicho”.

www.dafohe.com

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