jueves, mayo 16, 2024
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En espera de datos confiables del Censo

Sin duda, en países debidamente organizados, una de las actividades principales para planificar todo tipo de obras es el Censo, cada cierto período de tiempo, generalmente de 10 años, a fin de conocer los cambios experimentados en niveles demográficos, sociales, económicos, etc. En nuestro país no sucede así, por negligencia o ciertos intereses de los gobiernos de turno, por lo que la actividad censal se la realiza cuando hay voluntad política. Por ello, hasta hace algunos meses hubo enfrentamientos entre el oficialismo y sectores sociales regionales por la fecha del nuevo censo que, finalmente, después de ser sorteados varios obstáculos, se efectuará el próximo sábado 23 de marzo.
A pesar de diversos cuestionamientos surgidos desde la opinión pública sobre aspectos como las preguntas incluidas en la papeleta censal, la preparación de los censistas, su procedencia, el día elegido, y otros, la población de todo el territorio nacional se prepara para cumplir con su obligación cívica. Sin embargo, las dudas solo serán disipadas si el evento transcurre con eficiencia y, principalmente, transparencia, para brindar datos reales en tiempo adecuado.
Y es que, desde que en 2006 el MAS llegó al poder, impuso ideas populistas, como que el Estado Plurinacional era predominantemente “originario indígena campesino”, no respetando la relación entre población y territorio. Pero la realidad es que, por la constante migración de campesinos a las ciudades, en éstas han aumentado las poblaciones, con cambios de todo tipo y provocando el aumento de las necesidades básicas. En consecuencia, ha llegado la hora para saber cuál es la verdadera composición demográfica de las urbes y de las zonas rurales.
Asimismo, con los datos del censo se podrá examinar en profundidad el discurso político populista que ha prevalecido en estos últimos años. Es decir que no se ha tomado en cuenta, por conveniencia ideológica, el imparable crecimiento urbano, que implica, además, alfabetización en idioma español y pérdida de identidad autóctona. Por otra parte, con la llegada de los medios tecnológicos, el provincianismo queda en discusión.
Y es posible que, si son recabados datos censales confiables y transparentes, algunas reglas administrativas hoy vigentes ya no sean valederas, como el requisito de hablar idiomas nativos para optar a cargos públicos, si se analiza su uso real en el país. Muchos otros temas podrán ser abordados luego de la actividad censal que se efectuará el próximo 23 de marzo y que merecen la mayor atención de autoridades locales, nacionales y la opinión pública.
En todo caso, es muy importante que se garantice un trabajo correcto de los censistas, evitando, por ejemplo, el traslado de gente de un lugar a otro para que algunos municipios no pierdan recursos económicos por tener escasa población.

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