Es innegable que en nuestro país la administración de justicia es deplorable, algo que ha sido reconocido tanto por oficialistas como por opositores, sin embargo, esa lamentable situación continúa y no se vislumbra voluntad para hacer las correcciones necesarias, en beneficio de todo el país.
Al respecto, recientemente se ha conocido el caso de un activista que había sido detenido en 2022 en una manifestación por la democracia y que debía salir del encierro tras someterse a un procedimiento abreviado, pero con asombrosa rapidez, se le inició un nuevo proceso por el cual le dieron otra “detención preventiva”. En cuanto al ex director de Migraciones del gobierno transitorio, no obstante que tiene enfermedad renal no es beneficiado con detención domiciliaria, a pesar de ser excarcelable por el tiempo de prisión que ha cumplido. Por ello el detenido inició una huelga de hambre dura, ya que considera que por triquiñuelas jurídicas no se lo libera. Obviamente, la situación sería diferente si los reos fueran afines al partido de gobierno.
En ese sentido, por casos conocidos se puede deducir que muchos otros siguen encarcelados sin tener sentencia, pues en los últimos años se ha hecho costumbre encerrar, particularmente a los opositores al gobierno, con la repudiable “detención preventiva”, la cual por “vacíos jurídicos” impunemente puede ser extendida varias veces. Asimismo, otros prisioneros comunes siguen detenidos por falta de asesoramiento jurídico o por las conocidas manipulaciones judiciales.
Además, por la proliferación de asaltos, robos, estafas y hasta ajusticiamientos entre involucrados en narcotráfico, empeora el hacinamiento en los centros penitenciarios. Por ello se observa celdas con varios ocupantes, sin considerar que así se provoca daños a la salud y el equilibrio emocional de reclusos. Por otro lado, por falta de espacio no es raro que reclusos que han cometido delitos menores estén junto a delincuentes peligrosos. Lo peor es que la reeducación y reinserción social de los sentenciados es mínima.
El problema se agrava porque en el país los recintos carcelarios se encuentran en muy malas condiciones, por lo que varias veces se ha pedido nuevas edificaciones, en sitios alejados y con suficiente espacio para acoger a presos en condiciones dignas. Es el caso del panóptico ubicado en la zona de San Pedro de la ciudad La Paz, que si es trasladado podría dejar un espacio que podría ser muy bien utilizado para beneficio de la población. En consecuencia, es muy importante la construcción de cárceles modernas para descongestionar la cantidad de reos que deberían ser tratados dignamente.
También es necesario hacer inspecciones periódicas para revisar los casos sin sentencia judicial, a fin de enmendar descuidos o desidias de jueces. En todo caso es decisiva la aplicación correcta de las leyes, al margen de influencias políticas, para evitar medidas desesperadas de los presos, como huelgas de hambre, crucifixiones, etc.