viernes, mayo 17, 2024
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Movimientos sociales dejan la nave del MAS

La evolución política boliviana ha adquirido en meses recientes creciente velocidad y no sería raro que ese movimiento ingrese al ritmo de avanzar a saltos, como ocurrió en etapas pasadas de la historia nacional con el objetivo de actualizarse con relación a lo que pasa en otras naciones.

En efecto, después de varios años de desorientación y no saber qué destino tomar, diversos sectores determinantes de la sociedad han entrado en acción para criticar, dejar un pasado y corregir la desviación histórica a que fue llevado el país, durante más de quince oscuros años, tiempo definido por sus principales protagonistas como de “populismo”, falsa ideología, que provoca un proceso caótico que derriba todas las fronteras políticas, sociales y otras.

Al mismo tiempo, el populismo hace desaparecer la propiedad privada, la moral individual y política a título de “construir el socialismo” con base en el absurdo de construir el sistema socialista sobre las comunidades indígenas, sin pasar previamente por la etapa capitalista.

Ahora bien, el movimiento de clases sociales que se observó en el país no es otra cosa que un sacudimiento de los sectores más activos del país, para liberarse de hegemonías populistas que habían sido encandiladoras por poses demagógicas y reparto de prebendas con dinero de las arcas del Estado, en un inesperado tiempo de prosperidad, cuando el país recibía gran cantidad de divisas por la venta de gas al Brasil y la Argentina, además por la mejoría de las economías de otras naciones que consumen nuestras materias primas. De ninguna manera esa bonanza fue producto de los partidos y gobiernos populistas, en particular el MAS-IPSP.

En efecto, en los hechos se observa que tres clases sociales de gran magnitud han abandonado al MAS y lo han dejado en la playa como el esqueleto de una ballena, después de dudosa alianza. Esos sectores sociales, están buscando su independencia, su propia línea de orientación, lo cual precisamente caracteriza el momento crucial que estamos atravesando. Nos referimos a campesinos, bartolinas, gremiales, y otros, bajo la conducción de obreros de vanguardia.

Desde otro ángulo de vista, es posible constatar que la tienda masista, que se creía invulnerable, alzó el grito al cielo cuando se dijo que era únicamente un inquilino temporal de la ahora llamada Casa Grande del Pueblo. A pesar de que el MAS pregonaba que nunca saldría de ese edificio, ha quedado desestabilizado y mortalmente herido, sin contar con los golpes sucesivos que sufrió desde que fue expulsado del poder en noviembre de 2019.

Vale recordar una sentencia política que dice que la historia siempre se repite, pero que primero es una tragedia y después una comedia.

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