viernes, mayo 3, 2024
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Final del ciclo del gas causa incertidumbre

A pesar de la intensa propaganda gubernamental acerca de que Bolivia tiene “la inflación más baja de la región”, por lo que nuestra economía estaría en vía de recuperación, economistas experimentados y gran parte de la población consideran que las cifras oficiales no reflejan la realidad actual, ya que sube el costo de vida, lo que es notorio por el paulatino encarecimiento de alimentos. Y uno de los factores que contribuye de manera preponderante a la crisis económica y provoca enorme preocupación social es la declaración presidencial que confirma que la producción de gas “ha tocado fondo”. En consecuencia, pronto ya no podremos vender ese energético a los mercados de Brasil y Argentina, por lo tanto, dejaremos de recibir una muy importante cantidad de dinero.

Al parecer sigue imperando una política extractivista, es decir, vender esencialmente materias primas para obtener divisas. Al respecto, recordemos que en nuestro país hubo ciclos en los cuales resaltaba la comercialización de algún producto natural, como la plata que fue extraída durante la colonia para enriquecer a potencias extranjeras. Después, la explotación de estaño trajo para el país alguna prosperidad, a pesar de que su precio estaba en alrededor de 60 centavos de dólar la libra fina. Cuando se agotaron las reservas del metal blanco, Bolivia entró en crisis, ya que quedó sin dinero para atender muchas necesidades nacionales.

Por tal situación desastrosa, en 1985 el gobierno despidió a aproximadamente 20 mil obreros de Comibol, debido a la baja del precio del estaño a menos de tres dólares la libra, valor que no cubría los gastos de producción. Esa coyuntura mejoró en 2005, cuando el precio del mineral llegó a 15 dólares la libra. Pero en 2015 el precio bajó a 5 dólares la libra, haciendo avizorar graves problemas.

Hoy el agotamiento de las reservas del gas, con muy pocas posibilidades de descubrimiento de nuevos yacimientos, nos hace ver que su ciclo como pilar para la economía nacional está llegando a su final. No obstante que desde el gobierno se asegura que la explotación del litio será una nueva fuente de divisas, entendidos en la materia observan que hasta ahora, a pesar de inversiones millonarias en métodos de aprovechamiento del mineral, no se ha obtenido resultados aceptables. Mientras tanto, países vecinos que cuentan con litio avanzan aceleradamente para su uso con mejor tecnología.

Ante ese panorama, futuros gobiernos bolivianos tienen en perspectiva un horizonte sombrío, ya que no tendrán ingresos económicos suficientes para atender las diversas demandas de sectores sociales. Por todo ello es lamentable, y merece una investigación seria e imparcial, la dilapidación de los recursos económicos en la época de las “vacas gordas”, cuando el gobierno del MAS recibió millonarias sumas de dinero por la exportación de gas al Brasil y la Argentina, pero las invirtió en gran medida en “elefantes blancos”, es decir, obras deficientes.

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