Duelen los feminicidios y los infanticidios en el país

Según información reciente, entre el 1 de enero al 18 de septiembre de este año, hubo más de 60 feminicidios y casi 20 infanticidios en distintas zonas del país. Santa Cruz es el departamento con más casos de feminicidio; seguido por La Paz; Cochabamba y los demás departamentos. Asimismo, más infanticidios también ocurrieron en Santa Cruz, luego en La Paz, Potosí y Cochabamba, entre los principales.
Es indudable que lastiman a la sociedad los asesinatos de mujeres y niños. Son muchos los casos de delincuentes que, por robar las pertenencias de mujeres, por instintos depravados, por venganza o inquina personal, las han llegado a torturar y matar, sin reparar en que algunas de ellas eran madres de familia, quedando en la orfandad menores inocentes. Son homicidios que rara vez son castigados con rigor y oportunamente, por la demora en diligencias policiales y de fiscales y jueces. Y los criminales atrapados guardan detención preventiva por algún tiempo y no han faltado los que se han dado modos para burlar la vigilancia policial y desaparecer.
También abundan los casos de maltrato, de manera verbal o con golpiza, por parte de cobardes, a quienes son enamoradas, novias o esposas. Agresiones que, además, se propina a los menores que viven en el mismo hogar en conflicto. En muchos casos, no son denunciadas las agresiones violentas, por temor, y pasan al olvido hasta que los mismos autores incurren en reincidencia.
¿Será posible aplicar medidas efectivas para luchar contra el machismo? Solo con la elaboración de leyes no se podrá evitar más asesinatos de mujeres y hasta de niños, por ejemplo, por no pagar pensiones cuando la pareja se separa. En otros casos, se sabe de padres que decidieron acabar con la existencia de sus hijos pequeños por resentimiento contra las cónyuges. Lo importante es preservar las vidas de mujeres y niños ante ataques violentos por parte de quienes no tienen respeto por ellos y, cuando la ocasión se les presenta, obran conforme a sus instintos, hasta cometer hechos de sangre.
Es urgente que la educación que se imparte en los hogares, las unidades educativas y las universidades contenga materias sobre derechos humanos y la necesidad de preservar la seguridad, integridad y vida de mujeres y niños. Que los homicidas descubiertos sean sancionados severamente, mediante juicios oportunos. Y es que la retardación judicial es como una garantía para que proliferen estos actos de cobardía y criminalidad.
Quienes actúan de manera violenta olvidan que la mujer es creadora de vida, forma a los hijos y siempre vela por ellos. Y los niños son seres inocentes que merecen la protección tanto de sus familiares como de la sociedad.