Continúan asesinatos de mujeres y niños

Pese a que se asevera que las fuerzas policiales se esfuerzan para perseguir y apresar a culpables de asesinatos a niños y mujeres en diversos sitios del país, continúan las acciones de quienes se supone no tienen escrúpulos o van en camino de ser parte de bandas criminales. Generalmente resultan deficientes las investigaciones para perseguir a quienes ya tienen cargos por diversos delitos cometidos, como eliminación de niños. En algunos casos, se ha revelado que sería por “encargo paterno” para deshacerse de hijos menores, especialmente recién nacidos, cuyas madres alegan no poder atenderlos. Otras veces ocurre que los progenitores no desean cumplir con el pago de las pensiones establecidas para manutención.
Por otra parte, cada vez más mujeres son asesinadas por “razones sentimentales”, ya que los varones deciden no continuar con las relaciones, sin pensar en los sentimientos de las esposas o parejas. Otros aducen incompatibilidad de caracteres, pero en realidad desean cambiar de pareja. Lo cierto es que la ruptura origina varios problemas que se agravan cuando hay hijos menores, los cuales quedan desprotegidos y con traumas de por vida. En otros casos, quienes no aceptan la separación incurren en alcoholismo o drogadicción por falta de apoyo oportuno para enfrentar dicha situación.
Por todo ello hay angustia y preocupación en la sociedad, porque no se encuentra seguridad para la familia, debido a la presencia de quienes no vacilan ante nada, hasta el extremo de asesinar para conseguir separarse de su pareja, o retenerla a la fuerza cuando no hay correspondencia de sentimientos. Sin olvidar que no faltan los engaños para obtener de las víctimas, hombres o mujeres, dinero, bienes de todo tipo, llegando a decisiones extremas para conseguir objetivos, como el asesinato.
A pesar del aumento de feminicidios y asesinato de menores, las autoridades no han podido encontrar los medios para esclarecer todos estos casos y sancionar drásticamente a los autores. En ese sentido, es alarmante la poca cantidad de casos resueltos, lo que, de alguna manera, incentiva a que gente inescrupulosa no dude en agredir violentamente a mujeres y menores. Lo peor es que la impunidad hace que los agresores se dediquen a hostigar y amenazar a las víctimas para que no continúen con sus denuncias. Además, algunos de ellos son favorecidos por el deficiente sistema judicial, tan propenso al uso de argucias legales para demorar el avance de procesos en tribunales.
No obstante, proteger a los sectores vulnerables, como son las mujeres y los niños, no solo es obligación del Estado, sino de la sociedad misma, ya que es indispensable lograr una convivencia en paz, donde el objetivo principal sea mejorar las condiciones de vida de todos.