Anuncios sobre posibles medidas a ser adoptadas para combatir la corrupción son permanentes y surgen desde el gobierno, de instituciones públicas y partidos políticos. Es obvio que la ciudadanía apoya todo lo que se haga para evitar más casos de corrupción, porque es un mal que hace daño a todos, considerando que la malversación de recursos económicos por parte de funcionarios inescrupulosos, impide que ese dinero sea destinado a obras que sean verdaderamente de beneficio colectivo.
Surgen, pues, expresiones de toda laya, a gusto y sabor de quienes aparentan tener decisión para combatir esa lacra, la que causa daños de toda clase al país. En esos momentos parecería que los gobernantes de turno se proponen luchar vigorosamente contra la corrupción, pero al final poco se hace para que las medidas anunciadas sean cumplidas con efectividad, a fin de garantizar el buen uso de los bienes nacionales.
En casi todos los gobiernos hubo anuncios en el país contra la corrupción, fueron muchos, sin embargo, las intenciones solo quedaron en palabras y demagogia. El día que algún gobierno, partido o entidad pública cualquiera cumpla anuncios para sancionar como se debe a los involucrados en casos de corrupción, recuperando, además, los recursos económicos malversados, será objeto del reconocimiento de la población y sentará precedente para evitar que prolifere ese mal.
La corrupción es un mal congénito que como pandemia se extiende y es muy difícil de erradicar, contagiando incluso a quienes se dejan tentar por las ganancias de actividades ilícitas. Por otra parte, en los últimos años, varios de los que son descubiertos incurriendo en actos de corrupción no reciben de las sanciones correspondientes, debido a que hacen valer influencias políticas, argucias legales y otras vías para eludir las leyes. Lamentablemente, lo pueden hacer ya que el sistema judicial está tan deteriorado que es motivo constante de cuestionamientos por parte de muchos sectores sociales.
La consecuencia de todo esto es que la corrupción avanza sin freno, favorecida, entre otros factores, por la crisis económica actual, el desempleo creciente por el cierre de empresas y la falta de creación de fuentes de empleo, por lo que grupos de ciudadanos se deciden por ingresar a las actividades informales y hasta algunas ilícitas. En consecuencia, a pesar de los anuncios gubernamentales de que vamos hacia adelante, la realidad es diferente para el ciudadano que no es parte de los círculos de poder.
Finalmente, se espera que las autoridades nacionales tomen decisiones para realmente acabar con los casos de corrupción en la administración pública, evitando que prevalezcan la retardación de justicia y la influencia política para arropar a quienes incurren en ese mal.