jueves, abril 25, 2024
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Bienestar y salud mental en educación

María Elizabeth Mostacedo Herbas

 

Parte II

 

Factores de prevención y protección se dan también durante toda la vida y aumentan la resiliencia. Entre ellos se debe desarrollar las habilidades, atributos sociales y emocionales individuales, así como las interacciones sociales positivas, la educación de calidad, el trabajo decente, los barrios seguros, el trabajo en comunidad educativa y la cohesión social, entre otros.

Los riesgos para la salud mental y los factores de protección se encuentran en la sociedad en distintas escalas. Las amenazas locales aumentan el riesgo para las personas, las familias y las comunidades. Cada factor de riesgo o de protección tiene una capacidad predictiva limitada. Muchas personas no desarrollan afecciones de salud mental, aunque estén expuestas a un factor de riesgo, mientras que otras no expuestas a factores de riesgo conocidos, desarrollan una afección de salud mental. En todo caso, los determinantes de la salud mental, que están relacionados entre sí, contribuyen a mejorar o socavar la salud mental a través del desarrollo de una vida en comunidad.

Las diferentes intervenciones de promoción y prevención se centran en identificar los determinantes que pueden ser individuales, sociales y estructurales de la salud mental, para luego intervenir a fin de reducir los riesgos, aumentar la resiliencia y crear entornos favorables para la salud mental. Pueden ir dirigidas a individuos, grupos específicos o poblaciones enteras.

Actuar sobre los determinantes de la salud mental requiere a veces adoptar medidas en sectores distintos al de la salud, por lo que los programas de promoción y prevención deben involucrar a los sectores responsables de educación, trabajo, justicia, transporte, medio ambiente, vivienda y seguridad ciudadana. El sector de la salud puede contribuir de modo significativo, integrando los esfuerzos de promoción y prevención en los servicios de salud, promoviendo, iniciando y, cuando proceda, facilitando la colaboración y la coordinación multisectorial para sobrellevar todo tipo de amenazas.

Una actividad que se debe trabajar es la prevención del suicidio, que es una prioridad mundial y forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Algunas medidas permitirían avanzar considerablemente al respecto, como limitar el acceso a los medios de suicidio, fomentar una cobertura mediática responsable, promover el aprendizaje socioemocional en los adolescentes y favorecer la intervención temprana. Prohibir los plaguicidas muy peligrosos es una intervención particularmente económica y rentable para reducir las tasas de suicidio.

La promoción de la salud mental de niños y adolescentes es otra prioridad, que puede lograrse mediante políticas y leyes que promuevan y protejan la salud mental, apoyando a los tutores para que ofrezcan un cuidado cariñoso, poniendo en marcha programas escolares y mejorando la calidad de los entornos comunitarios y en línea. Los programas de aprendizaje socioemocional en las escuelas son de las estrategias de promoción más eficaces para cualquier país, independientemente de su nivel de ingresos.

La promoción y protección de la salud mental en el trabajo es una esfera de interés creciente, que puede favorecerse mediante la legislación y la reglamentación, estrategias organizacionales, capacitación de manera permanente e intervenciones dirigidas a problemas que se presenten de manera vertiginosa.

La atención y tratamiento de la salud mental, se debe desarrollar de acuerdo con las iniciativas nacionales de fortalecimiento de la salud mental. No deben limitarse a proteger y promover el bienestar mental de todos, sino también atender las necesidades de las personas que padecen afecciones de salud mental.

Esto debe hacerse mediante la atención de salud mental en base comunitaria, que es más accesible y aceptable que la asistencia institucional, ayuda a prevenir violaciones de derechos humanos y ofrece mejores resultados en la recuperación de quienes padecen este tipo de afecciones. La atención de salud mental de base comunitaria debe proporcionarse mediante una red de servicios interrelacionados que comprendan:

Tener buenos hábitos alimenticios.

Realizar ejercicio con regularidad.

Conservar buenas relaciones interpersonales.

Evitar el tabaco y el consumo de alcohol.

Dormir como mínimo de 8 horas diarias.

Realizar actividades sociales, recreativas, culturales y deportivas.

Tomando en cuenta el enorme déficit de atención de diversas afecciones de salud mental, como la depresión y la ansiedad, los países deben encontrar formas innovadoras de diversificar y ampliar la atención para estas afecciones, por ejemplo, mediante servicios de asesoramiento psicológico no especializado o de autoayuda digital.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus Estados Miembros se han comprometido a aplicar el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, cuyo objetivo es mejorar la salud mental por medio de un liderazgo y una gobernanza más eficaz; la prestación de una atención completa, integrada y adaptada a las necesidades en un marco comunitario; la aplicación de estrategias de promoción y prevención, y el fortalecimiento de los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones. El Atlas de Salud Mental 2020 de la OMS mostró que los países habían obtenido resultados insuficientes en relación con los objetivos del plan de acción acordado.

En el “Informe mundial sobre salud mental: transformar la salud mental para todos”, publicado por la OMS, se hace un llamamiento a todos los países para que aceleren la aplicación del plan de acción y se afirma que todos los países pueden lograr progresos significativos en la mejora de la salud mental de su población si se concentran en las siguientes tres “vías de transformación”:

  • Se debe aumentar el valor que otorgan a la salud mental las personas, las comunidades y los gobiernos y hacer que todas las partes interesadas, de todos los sectores, se comprometan a favor de la salud mental e inviertan en ella.
  • Debemos actuar sobre las características físicas, sociales y económicas de los medios familiares, escolares, laborales y comunitarios en general, a fin de proteger mejor la salud mental y prevenir las afecciones de salud mental.
  • Trabajar para fortalecer la atención de salud mental, que todo el espectro de necesidades en la materia sea cubierto por una red comunitaria y por servicios de apoyo accesibles, asequibles y de calidad.

La OMS hace especial hincapié en la protección y la promoción de los derechos humanos, el empoderamiento de las personas que experimenten afecciones de salud mental y la elaboración de un enfoque multisectorial en que intervengan diversas partes interesadas.

La OMS sigue trabajando a escala nacional e internacional, en particular en entornos humanitarios. Trabajar el tema de salud mental es primordial para el desarrollo de la comunidad educativa, esto ayuda a crear espacios de análisis y reflexión para una convivencia armónica en sociedad.

Para el desarrollo integral de la persona, es primordial desarrollar actividades que fortalezcan nuestra salud mental, de esta manera fomentar actividades que ayuden a una formación integral en educación.

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