viernes, mayo 17, 2024
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Del pasado y del presente

Algunos resultaron responsables de la debacle nacional. Pero otros se libraron de esa carga demoledora. Tal cosa ha sucedido, siempre, en el pasado mediato e inmediato. De esa realidad habría que sacar conclusiones, para considerar nuestro presente. Posiblemente, el más controvertido de los últimos tiempos.
El civilismo, que se hizo del Poder una vez desplazado el militarismo, tuvo que confrontar serios problemas, en los inicios de la restitución del sistema de libertades. No fue tarea fácil superar aquellos, que habían sido heredados de un pasado ominoso. La memoria histórica nos refresca, con claridad, al respecto.
En la década del 80, del siglo pasado, se registraron conflictos socio – económicos, de envergadura nacional, que incidieron, de manera contundente, en la actividad política. En principio fue el llamado “udepismo” y luego sería el “neoliberalismo”. Dos hitos políticos que cambiarían, el ritmo de la historia boliviana. El primero se tradujo en un proceso hiperinflacionario devastador. El segundo se caracterizó por haber asumido una nueva política económica, que frenó ese fenómeno que sembraba desesperación, zozobra e incertidumbre en la población. “La Patria se nos muere”, dijo el protagonista de la medida.
Por lo tanto, nos referimos a dos procesos estigmatizados como el “udepismo” y el “neoliberalismo”, que estarán presentes, hoy como ayer, en el debate político, en escenarios académicos e intelectuales. Las nuevas generaciones se interesarán por desentrañar y conocer sus contenidos más intrínsecos. Tanto el uno como el otro fueron cuestionados. Pero también tuvieron partidarios o férreos defensores, quienes no se cansaron ni se cansarán de ponderarlos.
El actual gobierno, que representa el continuismo, se encuentra empantanado, por factores tanto internos como externos, en serios problemas económicos. Posiblemente también por ciertos desaciertos del pasado inmediato. Luego de haberse registrado la bonanza económica que jamás se ha visto antes en nuestra historia. “En toda su vida republicana, Bolivia no registró indicadores económicos tan altos como el año pasado (2008), por lo tanto, toda comparación que se realice con cifras de otras gestiones, sean pasadas o actuales, para demostrar que la crisis financiera ya llegó al país, es engañosa”, afirmó un dignatario de Estado, que manejaba la economía del país (*). Hasta el momento no se advierte una decisión seria, oportuna y responsable, para vencer ese escollo preocupante. Solo hemos visto cortinas de humo, como en todos los tiempos y regímenes. Quizá la historia inaugure, más adelante, un capítulo relativo a una época de “empantanamiento” económico.
Mientras tanto bolivianos y bolivianas deberíamos seguir trabajando, con fe en la Patria y tratando de promover un venidero más promisorio. Sabemos que Bolivia siempre ha resurgido, de la adversidad, como el ave Fénix. Solo nuestro esfuerzo cambiará el destino nacional. Ojalá públicos y privados lleguen, lo antes posible, a un acuerdo, para generar mejores condiciones de vida, mediante la creación de nuevos empleos.
En suma: la población, debido a la experiencia de la UDP, tiene temor a los problemas económicos.

(*) “Gobierno ratifica caída de las exportaciones en $us 630 millones”. EL DIARIO, 2 de junio de 2009.

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