Álvaro Montenegro Pinto
Este 14 de mayo en Turquía se elige presidente y parlamento. Cuatro candidatos a presidente se postulan, dos con más posibilidad de ganar: el actual presidente que va por la reelección Recep Tayyip Erdogan (69 años) y el líder opositor Kemal Kilicdaroglu (74 años). No sólo se decidirá el fin o la continuación de los 20 años de mandato de Erdogan, sino la concepción que Turquía tiene de sí misma como un país secular moderno o si retoma su pasado imperial al islam como ideología política.
Oficialismo. Erdogan comenzó su carrera como alcalde de Istanbul en 1994 a sus 40 años. No pudo terminar su mandato, en 1997 fue arrestado por recitar un poema del sociólogo turco Ziya Gokalp –considerado por muchos como el fundador de una “sociología turca”– en la lejana ciudad de Siirt. El poema, llamado “Oración al Soldado” empezaba así: “Pistola en mi mano, fe en mi corazón, Mis dos deseos: Religión y patria…”. Bajo el Articulo 312 del Código Penal Turco –que prohíbe incitación de odio racial o religioso– Erdogan fue arrestado por diez meses y removido de su cargo. En 2001 fundó el Partido de Justicia y Desarrollo (AK, siglas en turco) con el cual se consagraría como el líder de Turquía prácticamente desde el 2003 ya sea como primer ministro o presidente.
Oposición. Kemal Kilicdaroglu, economista de profesión, es miembro del parlamento desde el 2002 y actual líder de la colación de oposición conocida como “La Mesa de los Seis”. Kilicdaroglu también es el presidente del Partido Republicano del Pueblo (CHP por sus siglas en turco); el primer partido de la Turquía moderna fundado en 1919 por Mustafa Kemal “Ataturk” (“padre de los turcos”) quien lideró la transición luego del fin del Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial.
La naciente Turquía se perfiló como un estado nación moderno basado en principios (europeos) de democracia, secularismo y republicanismo. El alfabeto árabe-persa fue reemplazado por el alfabeto latino. Ideas de la Ilustración Europea como el positivismo, racionalismo y progreso a través de la educación y la ciencia guiaron el nuevo Estado. Algunas citas atribuidas a Ataturk denotan aquello: “No dejo ningún verso, ningún dogma, ningún principio congelado y estereotipado como legado espiritual. Mi herencia espiritual es la ciencia y la razón” y “Si algún día mis palabras están en contra de la ciencia, elige la ciencia”. Kilicdaroglu promete visado libre a la Unión Europea de ser ganador.
Previa inestabilidad. El 15 de julio de 2016 un grupo de militares intentó derrocar a Erdogan. El hecho ocasionó casi 300 muertos, 15 mil detenidos y una gran purga del aparato estatal con alrededor de 48 mil servidores públicos suspendidos. Un año después, el 2017 –con Erdogan aun como presidente– se aprobó un referéndum constitucional con el 51% de votos el cual marcaba el fin del sistema parlamentario y el inicio de un sistema presidencial. Muchos, como el analista turco Atila Yesilada, concluyeron que tales acciones permitieron a Erdogan tener control sobre el ejecutivo y el servicio civil, dejar impotente al parlamento y subyugar al poder judicial. Erdogan fue visto como una figura autoritaria patriarcal, un megalómano “aspirante a sultán” con un palacio de mil cuartos y familia enriquecida a costa del Estado. En este sentido, los esfuerzos de la oposición unida se retratan como un intento de volver a un país más democrático; volver a un sistema parlamentario.
Occidente. De acuerdo con el analista Alexander Mercouris, independiente de quien gane las elecciones, la política exterior turca no cambiará mucho. No obstante, está claro que muchos líderes de la Unión Europea, OTAN y EEUU estarán más que felices de relacionarse con otra persona que no sea Erdogan. A finales de septiembre de 2022, el vicepresidente del Parlamento Federal Alemán Wolfang Kubicki, se refirió al presidente turco como una “pequeña rata de alcantarilla”. En cuanto a la OTAN, el veto de Turquía ante la adhesión de Suecia y Finlandia no fue bien visto por los demás miembros. Para el analista Thierry Meyssan, si Erdogan gana se esperaría que Turquía ser retire de la OTAN y pase a ser miembro de la Organización de Cooperación de Shanghái. Durante la guerra en Ucrania, empresas turcas exportaron diferentes productos (llantas, químicos, partes de autos, plásticos) a compañías rusas sancionadas por Estados Unidos. Finalmente, Erdogan anunció que inaugurará antes de la elección la única y más grande planta de energía nuclear construida con apoyo de Rusia en Akkuyu (sur de Turquia) no muy lejos de la base militar de la OTAN en el territorio turco en Incirlik.
Gane quien gane, debido a que es una elección en un momento tan importante en el reordenamiento de poder a nivel mundial, no será de extrañar acusaciones de fraude y no aceptación de los resultados por parte de ambos partidos y la posibilidad de que Turquía se sumerja en un conflicto interno peligroso.
El autor es Politólogo y Analista Internacional especializado en Medio Oriente. Es docente universitario y, autor del libro “A Role Theory Analysis of Turkey – Bolivia Relations” (2021).
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