miércoles, mayo 1, 2024
InicioSeccionesOpiniónNo perjudicar al turismo nacional

No perjudicar al turismo nacional

A fines del año pasado el presidente Luis Arce dijo que, como parte del Plan Estratégico Nacional del Bicentenario, prevé promocionar 200 destinos turísticos en el territorio nacional. El programa “200 años 200 destinos turísticos de Bolivia” busca identificar y realzar destinos y circuitos de todo el país rumbo al 2025, cuando celebraremos el bicentenario de la independencia boliviana.
Esta información, que muestra al presidente Arce con la mira en la promoción y fortalecimiento de la convivencia social por medio de turismo comunitario, tuvo estos días un tropiezo, promovido por comunarios de zonas aledañas al Salar de Uyuni.
No olvidemos que el Salar de Uyuni, el espectacular desierto salino a más de 3.690 metros sobre el nivel del mar, y una superficie de más de 10.000 Km2, es una de las mayores atracciones turísticas que tiene el país, y sirvió de escenario para algunas películas taquilleras.
Hace algo más de una semana la prensa nacional informaba que tres hoteles del Salar de Uyuni fueron asediados y bloqueados por pobladores de Colchani, que exigían a los propietarios de los inmuebles el pago anual de 35.000 dólares como “regalías”. Para presionarlos restringieron el ingreso y salida de los turistas a la zona, de quienes incluso se dijo que están retenidos, luego de haber llegado aprovechando el feriado por Semana Santa.
La Cámara Nacional de Operadores de Turismo (Canotur) y Abatur, fueron las instancias empresariales que cuestionaron estas irregularidades, remarcando que da una mala imagen del país.
El trabajo como operadores de turismo en el país se desarrolla al amparo de la Constitución Política del Estado y otras normas nacionales, como la Ley 292, que señala claramente que el ejercicio de las competencias y gestión de todos los niveles del Estado en el marco de la norma jurídica aplicable, debe garantizar que el o la turista se desplace en un espacio turístico seguro, exento de riesgos reales o potenciales.
También prevé que se debe contar con seguridad turística dentro del territorio del Estado Plurinacional de Bolivia, a través de las autoridades correspondientes.
La Cámara Boliviana de Hotelería (CBH) expresó también su condena al bloqueo de accesos a las empresas hoteleras en el Salar, así como la extorsión por parte de los comunarios del lugar.
En 2020, en plena pandemia de la Covid-19, llegaron al país 323.300 turistas, lo que nos ubicaba en el puesto 147 en el mundo, generando 243 millones dólares, equivalente al 0,60 del PIB.
Según las estadísticas del portal https://www.datosmundial.com, en promedio los turistas que llegaron en 2020 gastaron 714 dólares.
Estos datos también muestran que, en 1995, los ingresos del turismo en Bolivia ascendieron a 92 millones de dólares, alrededor del 1,4% del producto nacional bruto, con la llegada de aproximadamente 280.000 turistas, que gastaron unos 324 dólares por persona.
En 25 años, antes del estallido de la pandemia del Covid-19, el turismo generaba 977 millones de dólares, el 2,4% del producto nacional bruto –muy superior a los datos postpandemia– y los gastos de cada visitante subieron a una media de 789 dólares.
Veamos los ingresos por turismo en algunos países vecinos:
– Perú, en el primer semestre de 2022 el ingreso de turistas aumentó un 304.4% con respecto a similar periodo del año previo, generando un ingreso de 1.189 millones de dólares,
– Argentina, durante 2019, tuvo la visita de 7.399.050 de turistas procedentes de otros países, un 6,58% más que en 2019.
Ya lo dijimos en reiteradas oportunidades en esta misma columna: el país tiene una variada y asombrosa riqueza turística, con lugares arqueológicos, coloniales y naturales, para atraer a muchos más turistas de los que nos visitan por año. Es necesario fomentar la economía naranja para promover la industria creativa, la gastronomía, el arte y la cultura, así como el turismo, sectores importantes y con gran potencial económico y social que tiene nuestro país.
Con una adecuada promoción de los sitios turísticos del país, la garantía de que el turista podrá llegar al lugar que quiere visitar y volver cuando quiera –sin interrupciones por bloqueos, paros u otras medidas de presión– y las garantías necesarias para todos los inversionistas en esta llamada “industria sin chimeneas”, los ingresos de divisas pueden subir exponencialmente.

El autor es Licenciado en economía de la UMSA, doctorado Ph.D. en Relaciones Internaciones de la Universidad del Salvador de Argentina, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).

Artículo anterior
Artículo siguiente
ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES