sábado, mayo 4, 2024
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Vivir en una isla: los personajes de Los espíritus de la isla

Martin McDonagh disfruta trabajar con los mismos colaboradores creativos y el mismo elenco en sus distintos proyectos. En las cuatro películas que realizó junto con el productor Graham Broadbent, recurrió una y otra vez a un mismo grupo de actores. Es un modo de hacer cine inspirado en su época en el teatro y también su experiencia en el cine.
Colin Farrell y Brendan Gleeson como Pádraic Súilleabháin y Colm Doherty
McDonagh había querido reunir a Colin Farrell y Brendan Gleeson desde su increíble dúo cómico en su primer largometraje, Escondidos en Brujas (2008). Esa película es recordada con cariño, y al guionista y director le encantó el binomio de ambos actores. Farrell luego protagonizó su segunda película, Siete psicópatas, pero McDonagh pasó años pensando en una dupla adecuada para él y Gleeson en otra historia. Sin embargo, no estaba dispuesto a deslucir Escondidos en Brujas por crear algo precipitado.
“No sé si a ellos les pasaba lo mismo, pero para mí era una preocupación”, dice. “No podía volver a reunirlos y hacer algo que no estuviera a la altura”. Y no fue sino hasta que dio con la idea de LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA que el reencuentro estuvo listo para tener lugar. McDonagh creó los personajes con Farrell y Gleeson en mente; y los actores estaban deseosos de sumarse al proyecto. “Como actor – dice Gleeson–, siempre estás buscando a alguien que tenga una voz única, una forma original de articular las ideas y sentimientos y de crear personajes y mundos enteros. Es fabuloso cuando te topas con un guionista que crea un mundo con su propio orden y su propio sentido estético. La voz de Martin puede ser extraordinaria”. Gleeson describe a McDonagh como un autor intrépido. “Acaba por adentrarse en estos lugares horribles, munido de empatía y compasión”.
Para McDonagh, Farrell y Gleeson exploran esa autenticidad sin rehuir de la oscuridad. Son actores cómicos que no buscan hacer reír. LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA es triste, pero con momentos cómicos. Escondidos en Brujas permitió a Farrell y Gleeson desarrollar una química. Esa misma química se manifiesta en LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA, aunque con personajes muy diferentes.
La familiaridad y la amistad que une a los actores en la vida real le da mayor credibilidad a la historia. “Los miras y crees absolutamente en su historia”, apunta Broadbent. “Crees que pueden haber sido amigos durante muchos, muchos años, y eso lo hace aún más triste”.
Desde sus primeros papeles en Tigerland hasta Miami Vice, El sacrificio del ciervo sagrado, y Batman, Farrell siempre ha sido una presencia singular en la pantalla. Pero para él, los proyectos de McDonagh son diferentes a cualquier otro. El ADN en común entre Escondidos en Brujas, Siete psicópatas, y ahora LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA radica en la articulación de ideas, pensamientos y emociones de McDonagh, y el punto de encuentro entre la comedia y la tragedia.
Condon, que interpreta a su hermana, dice de Farrell: “Pádraic requería una cualidad infantil para hacer que la comedia funcionara. Tenía que demostrar con genuina sinceridad que le rompieron el corazón porque dice algunas cosas un poquito ridículas y tontas. Pero no podía ser demasiado chico como para que uno llegara a preguntarse: «¿Por qué Colm era amigo suyo?». Así que tenía que ser un poquito más grande para que uno pudiera creer que él y Brendan podrían haber sido amigos”.
“Pádraic es un buen tipo”, explica Farrell. “Un tipo bueno, simple, al que no le preocupan demasiadas cosas. Mientras los animales estén alimentados, y él tenga algunos centavos en el bolsillo para poder tomarse unas cervezas y conversar con su amigo Colm todos los días, está contento. Mientras todo eso suceda, la vida para él es sencillamente estupenda”.
Cuando Colm le pone fin a su amistad, a Pádraic le sobreviene una gran tristeza, soledad y enojo. “La pérdida de su inocencia es la parte más triste de la película”, continúa Farrell. “Pádraic se desmorona. No logra en ningún momento volver a ser lo feliz que era”.
Gleeson, quien es oriundo de Dublín, la ciudad natal de Farrell, es uno de los actores más exitosos de Irlanda. Además de por la película Escondidos en Brujas, es reconocido por su papel como Alastor “Ojoloco” Moody en las películas de Harry Potter, Corazón valiente, The Guard, y Calvario, dirigidas por el hermano de McDonagh, John Michael McDonagh. Gleeson estaba deseoso de volver al ruedo con Farrell.
“Siento una gran admiración por Colin”, señala Gleeson. “Me gusta su forma de conducirse en la vida. Su instinto e integridad son maravillosas. Lo considero un muy buen amigo. Expresa abiertamente sus sentimientos, y trae eso a la interpretación”. Farrell coincide: “Quiero mucho a Brendan. Siento una gran admiración y respeto por él; es activo, comprometido, brillante, respetable, fuerte, vulnerable, todo eso. El péndulo oscila de un extremo al otro con Brendan, de la ternura de la que es capaz hasta la furia divina que puede llegar a irradiar de ser necesario. Siempre está queriendo profundizar, haciéndose las grandes preguntas”.
En la historia, Colm es un músico que está componiendo su obra maestra en violín. En la vida real, Gleeson también es un músico consumado que interpretó música en otras películas, incluidas El precio de la libertad y Regreso a Cold Mountain, y en escenarios musicales de toda Irlanda. “Colm tiene una mente curiosa y es un poquito intenso”, explica Gleeson. “El violín se ha vuelto más importante para él porque su mortalidad comienza a pesarle. Sin ningún motivo en particular, estima que le quedan 12 años. No está enfermo, pero sabe que su tiempo es finito y quiere dejar un legado. Su arte se vuelve su prioridad principal”.
“Brendan tiene una firmeza, pero a la vez una amabilidad, similares a las de Colm”, destaca Condon. “Y va a buscar todas las sutilezas del personaje e interpretarlo con todos esos matices, para él nada es blanco o negro”.
Gleeson continúa: “Pádraic solía proporcionar como un salvavidas a Colm con su alegre disposición y ese no pensar tanto las cosas. Forman una extraña pareja. Y también está la ingenuidad de Pádraic. Colm tiene una mentalidad bastante sofisticada. Pero como en toda relación, las cosas que más te desafían al principio son las cosas que te enloquecen al final”.

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