jueves, mayo 2, 2024
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Vivir con un malvado sistema

Muchas palabras no quisiéramos escucharlas, pues pareciera que ya nos caen mal, pero estamos obligados a oírlas a diario, dado que son amplificadas sobre todo por los medios televisivos, con una frecuencia que hastía. Sin embargo, es la realidad que vivimos: narcotráfico, abuso del poder, violaciones, feminicidios, crímenes, maltrato a niños y ancianos, etc. Incluso el machacar con persistencia sobre “derecha o izquierda” malhadadas, es un tormento para los oídos de los ciudadanos, hastiados ya por otros problemas como la falta de empleo, escasez de dinero, y otros, presentes hasta en la sopa diaria de la gente, dando la idea de que vivimos ya en una sociedad en descomposición.
De ahí que determinados especialistas religiosos prediquen: “necesitamos que la humanidad deje de gobernar, porque los seres humanos no fueron creados para gobernarse a sí mismos. Por eso no han podido gobernar bien a otras personas y resolver sus problemas”. Así dan a entender que los gobiernos de los diferentes países no pueden hacer frente a enemigos universales, como la pobreza, el hambre, las enfermedades, los desastres naturales, la guerra, y otros tipos de violencia, como se dice en La enciclopedia Britannica Academic, añadiendo “algunos creen que solo un gobierno mundial puede vencer a estos grandes enemigos para siempre”. Al respecto, dichos teólogos sostienen que “sin embargo, aun si todos los gobernantes humanos se unieran, el mundo seguiría estando gobernado por hombres imperfectos que no tienen la capacidad de acabar con los problemas que se mencionó antes. El Reino de Dios –enfatizan– es el único gobierno que tiene el poder para resolver los problemas universales de forma permanente”.
Luego dicen: “por lo tanto, de acuerdo con lo que dice la Biblia, la gente buena no debería tener miedo al fin del mundo, es decir, al fin del malvado sistema en el que vivimos. Al contrario, es algo que podemos esperar con ilusión, porque este mundo en ruinas será reemplazado por el maravilloso nuevo mundo de Dios”. Además, recuerdan que una serie de sucesos dará la señal “de la conclusión del sistema”. Jesús dijo: “Peleará nación contra nación y reino contra reino, y habrá hambre y terremotos en un lugar tras otro, y epidemias”. Tales hechos, creen, indicarían que el fin de este sistema está muy cerca.
Como fuere, lo evidente es que existe mucha gente que exclama: “hay que dejar que Dios nomás nos haga justicia, pues no lo podrán hacer ni la derecha ni la izquierda, las que, siendo una invención del hombre, se constituyen en un lastre para la humanidad”. Acotan que la predicción dice: “en estos tiempos la gente solo se amará a sí misma; serán amantes del dinero, fanfarrones, arrogantes, blasfemos, desleales y desagradecidos; no tendrán cariño natural, no estarán dispuestos a llegar a ningún acuerdo, serán calumniadores, no tendrán autocontrol, serán feroces, no amarán lo que es bueno, serán traicioneros y testarudos, estarán llenos de orgullo, amarán los placeres en vez de a Dios y aparentarán tener devoción a Dios, pero en realidad estarán negando el poder de esa devoción” (2 Timoteo 3:1-5). ¿Es una profecía que se va cumpliendo?
De veras que estamos viviendo con un malvado sistema y por ello se debe recordar una máxima que dice: “Por eso debes estar en paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de ÉL”.

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