lunes, mayo 13, 2024
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Dos figuras representativas

Hubo en la década del 80 del siglo pasado, dos figuras representativas, Hernán Siles Zuazo y Víctor Paz Estenssoro, en la arena de las lides políticas. Reencauzaron el destino patrio, en circunstancias que la crisis, tanto política como económica, amenazaba con devastar, el país. La población boliviana se estimaba, en 5.570.105 habitantes. Con una deuda externa que, a 31 de diciembre de 1983, bordeaba los 3.189 millones de dólares americanos (1). Esa situación reflejaba los tiempos adversos.
Uno de ellos, demócrata incuestionable y el otro, estadista de reconocida trayectoria. Siles tuvo el coraje de reencauzar la democracia en 1982 y Paz la capacidad de frenar la hiperinflación en 1985. De la gestión del primero se ha escrito: “El gobierno de la UDP no pudo controlar ni desarrollar la política neo-socialista de su programa, por haberse desbordado las fuerzas económicas y sociales masivamente, que no admitieron la aplicación de esas medidas” (2). Y de la gestión de Paz Estenssoro se dijo: “Una sociedad -acá remarcamos la apreciación de H. C. F. Mancilla- donde conviven pacíficamente las más variadas etnias, donde la criminalidad cotidiana es aún muy limitada y donde se han registrado interesantes experimentos económicos y políticos a partir de 1985 sin ningún derramamiento de sangre (3).
Ambos fundaron, el 7 de junio de 1942, el mayor partido populista. Quien se quedó en el interior del país, lideró, en la ciudad de La Paz, la insurgencia popular de 1952. Mientras el otro retornaba del exilio, en Buenos Aires, Argentina, en una aeronave, conducido por el capitán René Barrientos Ortuño. Bolivia tenía, en esa época, una población de 3.019.000 personas.
Conocían la idiosincrasia del pueblo boliviano. La geografía, fundamentalmente, de los cuatro puntos cardinales. La composición étnico-racial de sus habitantes. La situación de las poblaciones urbanas y rurales. Las necesidades más elementales de los sectores sociales de escasos recursos económicos. Estuvieron inmersos, de tal modo, en la realidad nacional.
No eran políticos improvisados. Habían adquirido una sólida formación profesional, e ideológica, en las aulas universitarias. Bajo la orientación y enseñanza de competentes y prestigiosos docentes. Austeros, estudiosos y con profunda vocación de servicio a la Patria. Idealistas, de la línea nacionalista, que escribieron, con sabiduría, memorables páginas en la historia nacional y latinoamericana. Que estuvieron persuadidos de construir un mundo mejor.
Cada época tiene sus hombres representativos. Unos visionarios, que trabajaron con miras al futuro. Otros priorizaron, en todo momento, los supremos intereses nacionales, en unidad. Algunos trazaron planes y proyectos, pensando, básicamente, en el engrandecimiento del país, con bienestar social. Cosa que ciertos “enviados”, jamás lo hubieran hecho. Menos ahora.
En suma: habría que mencionarlos, por justicia, alguna vez. Ahora que escasean los lideres…

Notas
(1) “Crisis económica: propuestas y evaluación”. Muller y Machicado Asociados, La Paz – Bolivia, mayo de 1985. Pág. 110.
(2) Lucio Gonzales Benavides: “Aspectos críticos de la política y la economía boliviana”. Editorial Gramma Impresión, La Paz – Bolivia, 1985. Pág. 454.
(3) “Análisis político – revista especializada“. Año 1, No. 1, Primer Semestre 1997, La Paz – Bolivia. Pág. 19.

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