sábado, mayo 18, 2024
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Peligro de jugar a la politiquería

La política es una cosa muy seria para ser practicada como juego, sin la menor seriedad, sin calcular las consecuencias e inclusive para fines de venganza personal. Un pequeño error puede conducir a una catástrofe o situaciones extremas que pueden llegar a la guerra civil y aun a una guerra internacional. Los casos son numerosos en ese sentido y originaron conflictos de extrema gravedad. En realidad, esa actitud implica desconocer la política; y solo practicar la politiquería.
Vale recordar que una apreciación subjetiva de la realidad provocó en Bolivia una auténtica guerra interna que duró cuatro meses, en la cual dos ejércitos, de paceños y chuquisaqueños, protagonizaron grandes batallas, que culminaron en el Segundo Crucero de Paria el 10 de abril de 1899, para dar paso al régimen liberal, que no fue otra cosa que la prolongación del conservadurismo de años anteriores y, finalmente, no resolvió problemas y paralizó al país durante cincuenta años, cuando tuvo que empezar de nuevo lo que ya se había empezado.
Desde entonces, el país fue abandonando la política, resbalando en el oportunismo politiquero que, a pesar de su carácter reaccionario, aumentó su influencia en la vida del país, conduciéndolo de fracaso en fracaso, hasta crear caos económico y social. Asimismo, se fueron infiltrando en la sociedad consignas exóticas que sustituyeron valores universales como la moral, la ética, el respeto, la vigencia de la justicia y otros, hasta negar los Derechos Humanos y el determinismo histórico.
Por ese fenómeno, puesto en práctica en la actualidad, tanto por la oposición partidaria como por sectores de gobierno, se encuentran enfrascados en combates de mínima cuantía, dejando en el olvido la atención a los grandes problemas del país y que son la causa de conflictos de menor magnitud.
En realidad, no miran más allá de la politiquería y se combaten unos a otros por asuntos de mínima cuantía, como diferencias personales o culto a la personalidad. En forma más concreta, toman la parte por el todo y, con mayor frecuencia, solo consideran los efectos, olvidando las causas que los determinan.
Sin embargo, pareciera que esas dificultades son producto de determinadas etapas del desarrollo de la sociedad, en su avance hacia el futuro. Existirán por algún tiempo, pues la misma evolución social se encargará de poner los pensamientos políticos en su lugar, lo que no quiere decir que hay que “dejar hacer y dejar pasar”, sino mostrar, a los gerentes de los tolderíos políticos, que ellos deben ser los primeros combatientes contra la politiquería, que los politicastros deben salir del escenario nacional y dejar espacio a los verdaderos políticos… hoy condenados a las catacumbas.

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