Consumo de bebidas alcohólicas por menores de edad, un factor de inseguridad ciudadana

La actividad nocturna es notoria en fines de semana o día festivos en la ciudad de La Paz, pues muchas personas acostumbran asistir a fiestas en locales o domicilios particulares, generalmente desde el viernes hasta el domingo. No obstante, se ha evidenciado que muchos menores de edad participan en estas actividades y consumen, muchas veces de manera desmedida, bebidas alcohólicas. Esta información proviene de patrullajes policiales a las actividades masivas, como conciertos, fiestas en locales ubicados a lo largo de la ciudad.
Pero ingerir bebidas alcohólicas durante la fase de crecimiento afecta el desarrollo normal de órganos. “La pubertad es un período asociado con cambios hormonales importantes para la madurez sexual del ser humano, como testosterona y estrógeno, los que, a su vez, se relacionan con la producción de hormonas de crecimiento que permiten el desarrollo de órganos, músculos y huesos”.
Los menores de edad que se embriagan son más vulnerables o están más expuestos a riesgos como las relaciones sexuales no consentidas o sin protección, lo que conlleva embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual. En otros casos, el consumo de bebidas alcohólicas los lleva a ser víctimas o autores de delitos comunes como robos, golpes o accidentes y a consumir sustancias controladas más adictivas y peligrosas para su integridad y sus vidas.
El consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad debe ser tomado como señal de alerta y abordar el problema sin dramatizarlo. Es importante conversar de manera sincera, sencilla y sin reproches con esos menores, buscando las causas de su elección, sin llegar a “naturalizarla” pensando que es algo normal, que a todos les ocurre cada tanto, y tomarlo como un evento aislado.
Ante la problemática se sugiere una concienciación integral entre padres de familia, unidades educativas, instituciones y diferentes centros autorizados de venta de bebidas alcohólicas. También es prioridad implementar reglas en cada hogar, para así resguardar la vida y seguridad de los menores cuando salen de casa por cualquier actividad donde pueda haber bebidas alcohólicas, así como plantear horarios, exigir la ubicación en tiempo real o mandar fotografías del medio de transporte. Son algunas medidas preventivas de seguridad y protección para ellos.
La Ley No. 256, “Ley de control al expendio y consumo de bebidas alcohólicas”, prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años de edad, por lo que se debe exigir el documento de identificación original para comprobar la mayoría de edad. Prohíbe el ingreso de menores de 18 años de edad a lugares de expendio de bebidas alcohólicas, y su consumo en compañía de menores de 18 años de edad, en establecimientos de acceso público, salvo en casos de degustación y/o acompañamiento de alimentos. Y prohíbe el tránsito peatonal en notorio estado de embriaguez en vía pública en compañía de menores de 18 años de edad o que ellos se reúnan en plazas y parques para ese cometido.
Los menores de 18 años de edad, que consuman bebidas alcohólicas, serán conducidos a las Defensorías de la Niñez y Adolescencia dependientes de los Gobiernos Autónomos Municipales, para establecer las medidas correctivas y socioeducativas pertinentes, o en la instancia que corresponda según reglamentación. Pero fuera de que las autoridades locales o nacionales realicen sus acciones de control, la mejor manera de que ellos no consuman bebidas alcohólicas a corta edad será siempre el ejemplo de sus familiares en el hogar, quienes guiarán sus primeros pasos de adolescencia.