El país está viviendo momentos de confrontación absurdos, por el tema del Censo, el cual según ha establecido el Poder Ejecutivo deberá realizarse el año 2024, y algunos departamentos como Santa Cruz, con mayor énfasis piden que el mismo se efectúe en el año 2023.
En un mensaje oficial, el 31 de octubre (ver EL DIARIO), el Ministro de Planificación descartó la posibilidad de un Censo en 2023.
A partir de ese momento algunos departamentos, principalmente Santa Cruz, ingresaron en una etapa de confrontación con bloqueos y marchas que impidieron la circulación de centenares de vehículos entre departamentos y en la propia capital.
Tal como he escrito en anterior oportunidad, simplemente son una forma de suicidio nacional, por cuanto debido a la pandemia que ha significado el cierre de actividades, empresas, gremiales han perdido sus fuentes de trabajo y la pobreza se ha incrementado.
Según las declaraciones del Ministro: se pone en riesgo todo el trabajo de la actualización cartográfica, estadística, si se adelanta el censo antes del 2024. Arguye que no se llegaría a todas las familias bolivianas, ni se llegaría a todas las comunidades, a todos nuestros pueblos indígenas. Porque se pondría en riesgo todo el trabajo de la actualización cartográfica, estadística.
En esa misma oportunidad se publica la opinión del alcalde Johnny Fernández, el que «pide apostar por el diálogo».
A partir de esa etapa se producen numerosos encuentros entre el Gobierno Nacional y los diferentes departamentos, en el último que se realizó en Trinidad, en una etapa casi final, se retiraron antes de concluir el encuentro tres delegaciones, lo que marcó una nueva interrogante de lo que podría suceder en el futuro inmediato.
El que escribe estas líneas opina que esta batalla y los paros son absurdos, ¿Por qué? Sin duda el censo es necesario, la migración interna ha desplazado a la población rural del campo a las ciudades, el mayor polo de atracción sin duda es Santa Cruz, razón por la cual este departamento es el más interesado en conocer el cambio en la población para que, de una vez por todas, se le reconozcan más transferencias de impuestos para responder mejor a la población que actualmente se ha desplazado.
Pero, ¿se debe crear violencia y lucha contra el Gobierno Nacional? Esperemos que las últimas reuniones hayan llegado a algunas conclusiones positivas, para acabar con esta batalla absurda. Tal vez sea posible reducir el tiempo para el censo en unos meses para aproximarse al 2023.