domingo, mayo 5, 2024
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Tener conciencia de lo vivido y prepararse para lo venidero

La vida, tanto por el tiempo transcurrido como por el que viene, adquiere importancia conforme ella misma impone condiciones y da lugar a utilidades que satisfagan al conjunto familiar. Esta es realidad que solamente se acomoda a la capacidad financiera que se tenga para los efectos ansiados. El caso adquiere mayor importancia cuando lo que se realice beneficie a mayor cantidad de personas, cuando lo conseguido haya disminuido siquiera en mínima parte la pobreza y aliviado el sufrimiento de muchas personas.
Todo lo que se haga en bien de los demás es un servicio al bien común, es una entrega a la causa de Dios que desde siempre ha dispuesto que todo lo positivo sea de beneficio general y no personal o que sirva para agrandar lo pernicioso, lo malo, lo contrario al bienestar de los más necesitados; en fin, que llegar al ideal en que se pueda tener la conciencia limpia y tranquila por haberse conseguido, siquiera parcialmente, atisbos de felicidad de los demás, especialmente de los niños.
Alcanzar situaciones de bienestar colectivo debe ser misión primigenia de quienes buscan y encuentran los medios y condiciones no sólo para lo cercano sino para lo arcano que implica dicha y tranquilidad personal o colectiva, habida cuenta que todo encuentro puede ser inicio de cambios momentáneos o permanentes que le sirvan a uno o sean para el entorno familiar.
Pensar en la familia es hacerlo con la certeza de que se lo hace para beneficio de conjuntos familiares que luego, grupalmente, pueden abarcar a muchas personas precisadas del apoyo y solidaridad que se presentan intencional o casualmente en el diario vivir.
Muy acertadamente se dice: “Lo que siembras, cosechas” Cuán cierto es que tanto cuanto se hace por los demás puede redundar en beneficio ajeno a más de causarte un doble beneficio: parte de lo bien hecho y la certeza de haber obrado bien. Es importante comprender que lo que se haga en beneficio de pocos en un conjunto familiar sus proyecciones son siempre mayores porque los beneficios se acrecientan según tengan calidad y condiciones para beneficiar y transmitir sentimientos de unidad y confianza hacia los demás porque todo aquello que implica acrecentar sentimientos ayuda a fortalecer lo que puede consolidar lo que vaya a ser para alcanzar mayor bien en beneficio común.

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