Es urgente restablecer la institucionalidad en el país

El estallido de “revoluciones” o presencia de regímenes totalitarios encabezados por militares o civiles, ha dejado en el país la secuela de situaciones anárquicas o gobiernos de facto no queridos y menos esperados por el pueblo; pero, las ambiciones de corrientes extremas de izquierda o derecha han dejado campo libre para “revolucionarios” que prometen cambiar ellos para provocar cambios que precisaría el país en lo político, económico o social.
Nadie desconoce que nuestro país requiere variaciones importantes en las formas y medios de cambiar muchas costumbres hechas normas tradicionales para un manejo dinámico de su economía a través del rendimiento que deben producirse en las empresas estatales que, en la mayor parte del tiempo, su producción y alcances en rendimientos financieros son pocos. Estas empresas, con la debida administración, deberían ser sostén de muchas dependencias gubernamentales, deben ocupar sitiales importantes en las formas y medios de administración que tienen para conseguir eficiencia, eficacia y altos rendimientos y no se logran resultados que sean los óptimos y más apropiados.
En muchos aspectos, tendrán que ser instituciones creadoras de otras empresas o, en lo mínimo, subsidiarias de las centrales como medio de diversificar su funcionamiento, dinamizar y fortalecer su producción a más de ser fuente segura de entrenamiento de personal para cumplir labores en la administración pública mediante exámenes de eficiencia y competencia, con la finalidad de que todos los procedimientos administrativos en las oficinas públicas sean modelo de eficiencia, honestidad y alto sentido de responsabilidad.
Para cumplir objetivos tan importantes tiene que haber una reposición total de la institucionalidad; es decir, reconocer en cada institución las condiciones precisas para que la excelencia sea fundamento de operatividad con la mirada puesta en la institucionalidad. Los tres poderes del Estado y las entidades que los conforman deben responder a las causas, motivos y razones de su formación y creación como institución del Estado. De este modo y formas deberán funcionar todas las organizaciones públicas que administren lo gobiernos y, para iniciar esos procedimientos, que sus directivos responsables sean designados conforme a normas y por las organizaciones debidas, como los tres poderes del Estado y supervisión de la Contraloría General de la República.
Personal designado conforme a las leyes debe considerarse como parte fundamental de la institucionalidad que resulta vigía de la honestidad y responsabilidad del manejo gubernamental. Todo lo contrario sólo ingresa en los campos del populismo demagógico que ofrece y no cumple, dice ser y está muy lejos de ello, ordena y dispone sin saber de obediencias y menos de cumplimiento de deberes y obligaciones porque quien dispone algo efectivo es porque sabe lo mismo y mucho más de lo dispuesto u ordenado, además de responder a una conciencia responsable.