Innegablemente, no le haría bien al gobierno que algunos funcionarios imiten actuaciones del pasado, cuando muchas veces se reaccionó con fuerza contra manifestantes y por excesos de turbas o personas que intervinieron en marchas con posiciones extremas. Entonces se usó violencia contra personas que protestaron y se les dijo que no pueden ni deben asumir posiciones contrarias al gobierno o simplemente en contra de alguna autoridad. No se debe cometer actos violentos en contra de nadie; no deben hacerlo ni los integrantes de cuadros de seguridad del gobierno que, legal y normalmente, solo pueden pertenecer a la Policía o a las Fuerzas Armadas.
El hecho de que se presenten casos de protesta con violencia, procedan de donde sea, es condenable, porque cualesquiera manifestaciones que afecten a los derechos ajenos son contrarios al bien común, a la seguridad y tranquilidad de los pueblos y, si se busca armonía y unidad, debe ser en planos de armonía y paz, entre todos los que se consideran contrarios. El diálogo es constructivo y capaz de encontrar medios y formas para solucionar divergencias que pudiesen presentarse.
Agentes, cuadros policiales y grupos de personas encargadas de la seguridad pública, justamente por creerse autoridades, deben conservar la serenidad y guardar respetos y consideraciones por el público. Mientras éste no cometa actos violentos, tiene derecho a protestar y reclamar en contra de los que, a su vez, arremeten contra el público y, muchas veces, usan la violencia.
El gobierno tiene a su disposición medios de comunicación que, conjuntamente los privados, puede usar para reflexionar y pedir al público que no llegue a extremos, que guarde la compostura debida cuando asiste a marchas y manifestaciones, que formule sus reclamos que corresponda ante autoridad competente y reclame, con justo derecho, cuando alguna autoridad no cumple con lo que las leyes establecen. Se dirá que estos pedidos son “peras al olmo” o inútiles porque ni autoridad ni público obedece lo que las leyes establecen. Pero todo intento siempre es bueno repetir, con tal de llegar a situaciones de concordia y conciliación, para evitar extremos y no esperar “frutos de olmo” que nunca fructificará.
Finalmente, probados los abusos que hayan cometido algunos personeros del gobierno, deben ser dados a conocer e imponer las sanciones debidas de acuerdo con las leyes.
¡Cuidado! Violencia atenta contra Derechos Humanos
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