domingo, mayo 19, 2024
InicioSeccionesOpiniónInvasión, muerte y destrucción

Invasión, muerte y destrucción

José Stalin “dijo que la única manera de derrotar a Alemania era destruir su ejército; y creía que uno de los métodos más eficaces para destruir la fe en la invencibilidad de Hitler en toda Europa era el continuo bombardeo aéreo de las ciudades alemanas y de los muelles y las fábricas de los países conquistados. Las batallas se ganan o se pierden, según aseveró, por el número de soldados de que se dispone, por la habilidad y por el material”. Estas palabras del dictador soviético, considerado el más duro por unos y el más cruel por otros, están insertas en el libro “Un Mundo”, publicado el año 1943, en México, cuyo autor es Wendell L. Willkie (páginas 87 y 86).
El todopoderoso habla de bombardear, destruir, arrasar y minimizar ciudades, muelles y fábricas, con el propósito de imponerse ante la hegemonía alemana. E increíblemente, a más o menos 80 años de dichas afirmaciones, la ex Unión Soviética se lanzó a devastar, por aire y tierra, a una aguerrida Ucrania, en busca de imponer un gobierno títere del Kremlin. A fin de quebrantar la “invencibilidad” del pueblo ucranio. A fin de doblegar a sus líderes comprometidos, en un sistema democrático, con la libertad y la autodeterminación de las naciones, conforme propugna la comunidad internacional. “Las batallas se ganan o se pierden por el número de soldados de que se dispone, por la habilidad y por el material”, remarcó, asimismo, Stalin. En esa misma línea la autocracia rusa ha volcado, sobre Ucrania, todas sus fuerzas militares, con el objetivo es borrar del mapamundi a ese país. Y ha cometido, por ese despropósito, una serie de tropelías, denunciadas incansablemente.
Lo curioso es que la misma estrategia bélica, promovida por el jerarca soviético, se aplica hoy con la invasión a la democrática Ucrania. Se destruye carreteras, edificios, centros de salud, establecimientos educativos, el sistema sanitario y otros, con la finalidad de someter a sus designios a un pueblo que resiste heroicamente a la invasión. Se dice que más de seis millones de ucranianos, la mayoría mujeres, niños y ancianos, viven refugiados. Y cerca de 15 millones, la tercera parte de la población nacional, dejaron sus hogares, por temor a la agresión externa.
Los derechos humanos fueron violados flagrantemente. En aproximadamente 100 días de invasión a Ucrania, se habría registrado al menos 4.074 muertos y 4.826 heridos civiles. De ese total, al menos 262 niños fueron asesinados y otros 415 resultaron heridos, según publica EL DIARIO, de fecha 5 de junio del año en curso. Esa es la desgarradora realidad en el país invadido. Estigmatizados por la sangre, por los cadáveres y el dolor, serán inscritos en la memoria histórica quienes participaron y participan de la carnicería que conmueve al globo terráqueo. Pero aún hay gente que respalda esa desafortunada actitud. No sólo acá, sino fuera del país. E inclusive motejaron de “tipo”, sin respeto alguno, al presidente ucraniano, defensor de su Patria, de sus instituciones y de su gente.
En suma: ojalá cambien los tiempos, por la paz mundial.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES