viernes, abril 26, 2024

Alfonso André

Hoy Cvltvral, como siempre, se viste de gala con su invitado pero con un plus especial. El invitado hoy es parte imprescindible del movimiento mexicano rockero de los últimos años, habiendo sido elemento fundamental de grupos inolvidables como La Barranca y, actualmente, músico de los inmortales Caifanes. Esta nota es otro logro enorme de nuestro hermano y compañero del crimen cultural, Rodrigo Bernal.
“Dios y la vida nos regalan momentos únicos, y éste es uno de esos momentos especiales… tiene discos maravillosos como solista, es uno de los músicos más queridos y admirados de México”. RB

¿Cuál ha sido el momento en que te enamoraste de la música?
Fue de muy de niño, supongo que fue a través de la radio y los discos de mis padres. Estaba yo muy pequeño cuando me enamoré de la música, todavía no iba a conciertos en realidad. Ya cuando quise dedicarme a la música, yo creo que una de las primeras veces que me voló la cabeza fue cuando fui a ver, curiosamente al que después se convertiría en mi cuñado, «Fernando Tousaint», tocando con una banda acá en México que se llamaba Palmera. Tocaba también «Diego Herrera» (saxofonista de Caifanes); otra coincidencia de la vida, pero vi a esa banda. Fue era una banda como de fusión, jazz, jazz latino, tenían una onda increíble y Fernando pues un monstruo en la batería, realmente lo vi tocando esa vez, me acuerdo que dije yo quiero hacer eso, lo que él hace. Nunca logré hacerlo tan bien como él, pero es uno de los culpables de que me haya dedicado a la batería.

Cuando tú tocas la batería, dejas impresa tu personalidad, tu autenticidad, tu creatividad. ¿Cómo compones la batería para una canción?
No sabría decirte exactamente cuál es el proceso, es mucho dejarse ir, mucho desconectar un poco la cabeza y dejar que fluya el instinto. Tratar de llevar la canción a buen puerto, como que la misma canción te vaya llevando, te vaya indicando el camino. Dejarse llevar, no me gusta forzar las cosas, entonces un poco me pongo a escuchar lo que la canción me propone, y trato de dejarme ir, básicamente. Dejar que el instinto tome las riendas. Te digo es un proceso bastante poco cerebral, entonces no podría decirlo muy bien.

En el Bar «9» es tu debut en una de las bandas más importantes de México. ¿Qué es lo que más agradeces de ser parte de Caifanes?
Me ha permitido vivir de esto que tanto placer me produce, realmente no es un trabajo, es un placer; poder vivir de lo que amas, es un privilegio que muy pocos músicos desafortunadamente tienen. Conozco mucha gente muy talentosa que realmente nunca han podido conectar con el éxito, es una actividad o un trabajo que puede ser muy difícil, y muy ingrato a veces. Obviamente, no lo digo por nosotros, a nosotros nos fue muy bien, y nos sacamos la lotería conectando con la gente de la manera en que sucedió. Pero sí, lo que realmente más le agradezco a Caifanes es eso, que me haya permitido crecer, desarrollarme, grabar todos los discos que hemos grabado, conocer a todos los músicos que he conocido, los productores, todos los escenarios, todas las experiencias que he vivido a través de la música, entonces si realmente mucho que agradecerle a esta enorme banda.

Jaguares deja un legado de seis discos magistrales, emotivos conciertos, además de esa dinámica de taller. ¿Extrañas algo de Jaguares?
Para mí es como si fuera Caifanes versión 2, o sea yo estuve ahí durante el proceso de transición y, obviamente, siempre hubo cambios del primer Caifanes. El segundo, con la entrada de «Alejandro Marcovich», después sale «Sabo», después sale «Diego», nos quedamos otra vez como trío, como eran «Las insólitas imágenes de Aurora», originalmente la primera banda que tuve con ellos.

Gracias a la música y el ambiente artístico conociste desde «Peter Gabriel» hasta «Juan Gabriel». ¿A quién te dio gusto conocer o trabajar a lo largo de tu carrera?
Pues con todos, estos dos que acabas de mencionar, para empezar son dos de mis grandes héroes musicales, muy diferentes uno del otro, uno es obviamente del ambiente del rock, y Juan Gabriel es uno de los más grandes compositores baladistas de nuestro país. Adrián Bellew (King Crimson) es otro de los grandes maestros que tuvimos la oportunidad de trabajar con él, es un músico que admiro muchísimo. Y bueno a través de Adrián conocí a Bill Bruford de “Yes”, “Genesis”, uno de mis más queridos bateristas. También de los más admirados que más me ha enseñado. Los grandes bajistas con los que he hecho mancuerna como con Federico Fong, con Sabo Romo, con Chucho Merchan, con Stuart Hamm, todos me han enseñado muchísimo y ha sido un placer trabajar con ellos.

Participaste de conciertos históricos como “Unidos por la Paz el 2001”, la reunión de Caifanes el 2011 en el “Vive Latino” y, por otro lado, estás en foros más íntimos . ¿A qué crees que se debe esa conexión entre tú y la gente?
Me entrego, no importa dónde, no importa en qué circunstancia, no importa si estoy cantando o atrás de los tambores. Para mí hacer música es muy del alma, no lo puedo fingir; si me paro arriba del escenario me entrego, entrego todo ahí. Y es algo muy emocional y me gusta que la gente se enganche con lo que estoy haciendo. Entonces creo que a eso se debe, a que uno lo disfruta y lo siente y eso se transmite a través del estar arriba del escenario, ya sea en un lugar gigantesco o un club pequeño, es a fin de cuentas eso conectar con los demás, de eso se trata.

Tienes dos discos «Cerro del aire» y «Mar Rojo» que son contundentes, disfrutables de principio a fin. ¿Cuál fue el impulso para lanzar tu carrera como solista?
Era una asignatura pendiente que tenía yo. Me gusta mucho cantar, siempre me ha gustado cantar desde niño, creo que a la par de poner mis juguetes en el piso y golpearlos con un par de palos, también siempre estaba cantando. Y no lo había hecho tenía el pretexto que estaba muy ocupado como baterista, pero en realidad, creo que me daba un poco de pánico escénico; no me gusta estar ahí en frente, la verdad creo que tengo más personalidad de baterista, que de “frontman”. Me gusta más estar atrás de los tambores y no ser el foco de atención arriba del escenario. Me costó bastante trabajo caminar esos pocos metros que hay de la batería al frente del escenario y estar ahí en frente de la gente. Las primeras veces recuerdo que me sentía yo como si estuviera desnudo, en frente de la gente que fue con Jaguares, pasaba yo a cantar la canción «Miércoles de Ceniza», era lo único que hacía cantando durante el show, y poco a poco lo empecé a disfrutar más y sufrirlo menos. Fue un proceso de mucho tiempo que estuve haciendo esa canción, y eso me sirvió para prepararme y hacer lo mío ahora.

¿Qué aprendizaje te deja el ser parte de Caifanes y hacer tú camino como solista?
Pues primero que nada creo, que me ayuda mucho a tener los pies bien puestos en la tierra; esto de la fama es algo muy efímero e intangible y que no significa nada. Realmente somos músicos y hacemos nuestro trabajo, afortunadamente con Caifanes logramos conectar con muchísima gente y vivo las dos realidades.

Alfonso, gracias por tu tiempo, por tu talento, por tu compromiso con el arte. Regálanos unas palabras de despedida para Bolivia.
Gracias Rodrigo a ti por el espacio, gracias a toda la gente que nos ha apoyado, a toda la gente de Bolivia. Esperamos muy pronto ir a tocar para ustedes en vivo. No se ha animado ningún empresario a llevarnos, espero algún día suceda. Pues gracias por la carrera maravillosa que nos han regalado, toda la gente que disfruta de lo que hacemos y les estamos inmensamente agradecidos.

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