martes, mayo 21, 2024
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“El hombre del norte”: Alexander Skarsgård convirtiéndose en un vikingo

Alexander Skarsgård fue elegido como protagonista desde el inicio del proyecto, algo que Robert Eggers no tuvo inconveniente en tener en cuenta cuando escribió el guión con Sjón. “Él fue inteligente al desarrollar una película de vikingos para sí mismo porque físicamente, es la persona perfecta para ella”, afirma Eggers. “Él es un actor nórdico de 1.93 m de altura que puede transformar su cuerpo en una máquina implacable. Alex fue absolutamente temerario mientras daba vida a Amleth, y a través del trabajo arduo se convirtió en un vikingo”.

Skarsgård se dedicó a la investigación, a escuchar conferencias en línea y a leer libros sobre la cultura, la historia y la mitología vikingas, incluido Children of Ash and Elm, que se convirtió en su biblia antes y durante el rodaje. También se transformó físicamente, trabajando con el entrenador personal y nutricionista sueco Magnus Lygdback.

“Los vikingos creían que algunas personas tenían un espíritu animal viviendo dentro de ellos”, dice Skarsgård, acerca de los elementos de la investigación que insertó en su actuación. “En las mujeres, a menudo era una criatura marina, pero en los hombres era un zorro, un lobo o un oso y, en el caso de Amleth, es tanto un lobo como un oso —un beowulf, por así decirlo”.

Skarsgård ya había entrenado con Lygdback para The Legend of Tarzan en 2016, transformándose en un esbelto y ágil aventurero de la selva. Para El Hombre del Norte el actor necesitaba crear un volumen vikingo amenazante. “Físicamente, queríamos que esta vez Alex fuera más corpulento, con más grasa corporal que Tarzán y hombros más grandes”, señala Lygdback, quien ha entrenado a Ben Affleck y Gal Gadot para sus papeles de superhéroes.

Otras demandas físicas que requería el papel incluían peleas cuerpo a cuerpo, subir por la muralla de una fortaleza durante una incursión vikinga, saltar sobre los tejados, nadar en las aguas del mar y participar en el brutal juego de pelota similar al lacrosse conocido como Knattleikr que juegan los vikingos islandeses, en el que Amleth triunfa en una escena memorable en la granja de Fjölnir.

“Alex comía cinco veces al día”, anota Lygdback. “Todos los días en el set realizaba muchísima actividad física: peleas, carreras y emociones fuertes. Durante el rodaje, cada tres horas me aseguré de que se detuviera para comer”.

Skarsgård formó parte de un grupo de actores que debían moverse en tándem durante la incursión berserker en la aldea eslava. La coreógrafa Marie Gabrielle Rotie tuvo que encontrar la manera de que Skarsgård y varios hombres de 114 kilos se movieran con gracia en una escena complicada, sin que parecieran bailarines profesionales.

Separando a los actores entre osos y lobos, como requería el guion, Rotie les enseñó técnicas de Butoh, una danza japonesa para procesar el dolor y el sufrimiento a través de la confrontación con las sombras internas.

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