Daniel Radcliffe, un villano inolvidable de ‘La ciudad perdida’

Una comedia de acción y aventura sólo es tan buena como su villano y La Ciudad Perdida tiene uno inolvidable en Abigail Fairfax, el excéntrico multimillonario secuestrador de autores. Cuando se mencionó por primera vez a Daniel Radcliffe para el papel, Sandra Bullock pensó que la sugerencia era ‘genial’, pues dice, “Daniel tiene estos penetrantes ojos azules que son suaves y seductores, hasta que Fairfax se vuelve loco. Entonces se transforma en un maniaco. Su interpretación es brillante y me emociona que el público experimente a un Daniel Radcliffe que no espera”.
Bullock, y los hermanos Nee buscaron posibles apariencias para el personaje y finalizaron con un estilo exclusivo para Fairfax, obsesionado con cada detalle de su vestuario, cabello y maquillaje. Concretaron la idea de que el acaudalado empresario luciera como si acabara de salir de las páginas de la revista GQ.
Radcliffe encarnó al villano y le pareció divertido. “Fairfax es un tipo malo, pero también tiene mucho humor pues es mimado y petulante”, señala. “Su perversidad deriva de su necesidad de complacer a su padre, que es un magnate de los medios, así que en realidad no podemos hablar de una verdadera maldad. Fairfax simplemente es un terrible colonialista que se siente con derechos”.
“Siente un interés real por la arqueología y la historia, pero por las razones equivocadas”, continúa Radcliffe. “Fairfax desea encontrar tesoros para que el resto del mundo no los tenga. Es una motivación muy infantil”.
Fairfax le expone a Loretta la idea de que su experiencia le ayudará a encontrar la Ciudad Perdida de D y su tesoro oculto, una extraordinaria tiara de diamantes rojos, seguro de que a ella le fascinará la oportunidad. Cuando Loretta lo rechaza, decide que su siguiente mejor opción es secuestrarla.
“Fairfax le aplica cloroformo y pone a Loretta en su jet, esperando que cambie de opinión, pero ella no lo hace y para Fairfax es evidente que no logrará lo que quiere”, explica Radcliffe. “Después Loretta le roba la única pista que tiene para encontrar el tesoro y Fairfax decide que ya no es inocente. Ahora ella es un blanco y él se dedicará a cazarla”.
Al temperamento de Fairfax no le ayuda el nombre que le dieron: Abigail. “Me encanta ese nombre”, afirma Radcliffe con una carcajada.
Radcliffe siempre permanecía fresco a pesar del implacable sol y altas temperaturas de las locaciones. “Normalmente el calor o el frío extremos son grandiosos pues en cierto modo te olvidas de actuar y simplemente lo haces”, comenta.