sábado, mayo 4, 2024
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El Estado discrimina a los indígenas

Constituye algo enormemente contradictorio que el partido de gobierno, actualmente en el poder, practique una severa política discriminatoria, según la cual los indígenas de la región andina son abandonados a su suerte, no se les presta ayudas técnicas ni financieras, solo se los toma en cuenta con fines electorales, mientras los agricultores de las zonas tropicales reciben los más diversos programas de apoyo, como poder vender sus fincas, obtener jugosos créditos, respaldo técnico, dotación de tierras, fomento a la producción y las exportaciones, etc.
Los hechos son palpables y saltan a la vista. Son tan grandes que no se los llega a ver porque están muy cerca de los observadores, por lo que se recuerda a aquel científico que no pudo ver al elefante porque se puso muy cerca de su enorme cuerpo.
En efecto, EL DIARIO informó que el Ministerio de Desarrollo Rural otorgó una ayuda de 21 millones de bolivianos para los productores de piña y plátanos del Chapare, de tal forma que aumenten la producción que será destinada a la exportación.
Entre tanto, no se escucha sobre alguna colaboración de esa naturaleza para los trabajadores indígenas de las zonas altiplánica, yungas o valles interandinos, principales proveedores de variados alimentos para los mercados de consumo nacional y que son, además, víctimas del contrabando que arruina sus economías.
En efecto, la información detalla que el Ministerio de desarrollo rural aprobó un decreto para que se dé más de 10 millones bolivianos a los productores de Piña, y 11 millones y medio para que los productores de plátano produzcan para la exportación y no para el consumo interno.
Ese no es el único caso, pues existen otros de mayor gravedad. Por ejemplo, pequeños propietarios de terrenos de la zona andina no pueden vender sus tierras y, por tanto, no pueden cultivar sus parcelas, no pueden obtener ni pequeños créditos y otros, por lo que no reciben los beneficios de la renta territorial y, por consiguiente, están condenados a la pobreza o la migración.
EL DIARIO también informó acerca del abandono de casi dos millones de indígenas comunarios del altiplano, quienes son considerados como ciudadanos de última categoría, son excluidos de la sociedad y no tienen peso en la producción agrícola, pues por su creciente pobreza se dedican al contrabando, a labores ilícitas o abandonan sus terruños para ir a cultivar coca.
En contraste con esa odiosa discriminación, los medianos y grandes productores orientales pueden vender, alquilar, etc., sus tierras, obtener millonarios créditos, comprar maquinaria sin pagar impuestos, exportar sus productos y recibir otras grandes ayudas financieras que les permiten enriquecerse ilimitadamente, además de tener participación, directa o indirecta, en el gobierno. Finalmente, se debe reiterar que, sin la participación de los indígenas, los comunarios y otros, la recuperación económica del país será imposible.

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