¿Al posible fin de un virus, inicio de nueva guerra?

Ya se hizo costumbre que el mundo, al término de un tiempo bueno, inicia uno malo. Contrariamente a lo que esperaba la humanidad, Rusia empezó su invasión a Ucrania como respondiendo negativamente a lo decidido por la humanidad, ya que no es posible mantener relaciones amistosas entre todos por creer que ya se hizo imposible vivir en paz y concordia en forma permanente. Cuando Rusia amenazó con una invasión se tenía la esperanza de que sería una simple prevención, porque el mundo debería estar cansado de ver morir a sus semejantes por causa de un virus y por los encuentros armamentistas; pero más pudo la soberbia rusa que un razonamiento en pro de la paz, para llegar a un estado que puede ser calificado como impredecible, por lo que vaya a ocurrir.
Con el inicio de la guerra contra Ucrania por parte de Rusia, se demostró, una vez más, que la soberbia es más que la concordia, que las ambiciones son mayores a los deseos de paz y entendimiento, que la necesidad de combatir al enemigo común que es la pobreza.
Han pasado pocos días de la invasión y las naciones, empezando por Estados Unidos, generalmente solo hacen amenazas, dicen que adoptarán medidas duras contra el régimen de Vladimir Putin; sin embargo, excepto Alemania, ninguno explicó las medidas esperadas. ¿Qué espera el gobierno de EEUU para efectivizar las sanciones? ¿Excesiva prudencia? ¿Temor a lo que podría sobrevenir sobre sí y sobre el planeta?
Hay reuniones de varios interesados en que haya paz; pero existe empecinamiento en la parte rusa y la soberbia sigue cumpliendo su parte. ¿Hasta cuándo soportará la humanidad que el hombre siga siendo su propio enemigo? Ahora, parece que hay premura para prolongar la guerra contra Ucrania. El temor es que la paz del mundo pende de un hilo y mientras los rusos no depongan su soberbia y exceso de ambiciones, será imposible arribar a un clima de paz y concordia. No se debe olvidar que los mayores crímenes habidos en el orbe se deben a quienes apoyan la guerra. Corresponde, pues, prepararse y no permitirse descuidos que podrían resultar funestos; no se pueden repetir los hechos que enfrentaron a tantos en el mundo, empezando por atenienses y cartagineses; así, los ejemplos pueden ser múltiples y no corresponde un caso más porque el planeta está, como obra de Dios, siempre expedito a Su voluntad que velará por la vida de los seres humanos.
Lo ocurrido en los dos últimos años es muestra de que la insania de muchos hombres es capaz de precipitar a la humanidad a cualquier desgracia y corresponde estar preparados. haciendo abstracción de quienes son capaces de cualquier maldad, como se comprueba en estos días, con gobernantes de países que no comulgan con naciones como Ucrania y se declararon partidarias de Rusia, aun sabiendo de sus antecedentes e inclinación por causar desastres en la humanidad.