Relator de NNUU puso dedo en la llaga

La presencia en Bolivia de un Relator de Naciones Unidas para conocer directamente el estado de la justicia boliviana y también la denuncia genérica de que estaría sometida a los intereses de Poder Ejecutivo, ha servido para que esa autoridad internacional haga algunas declaraciones concretas al respecto.
Entre otras afirmaciones específicas hechas por el doctor Diego García-Sayán se encuentran las siguientes y que fueron presentadas en un Informe preliminar para conocimiento público y oficial: 1) La justicia boliviana está lejos de la gente. 2) Existe una seria brecha en el acceso de mujeres a la justicia. 3) La ley de deslinde constitucional restringe a la justicia para el indígena. 4) Hay un dramático hacinamiento carcelario. 5) Hay pocos jueces y el presupuesto judicial es menor al 1 por ciento. 6) La carrera judicial no existe, la mayoría de los jueces son transitorios. 7) Se carece de una legislación para acceso a la información. 8) Las víctimas de 2019 siguen esperando justicia. 9) Hubo serias restricciones en las dos elecciones judiciales de 2011 y 2017.
Obviamente, el Relator de Naciones Unidas hizo, en esa forma, observaciones más concretas acerca del sistema judicial y la administración de justicia y avanzó en la identificación concreta de los problemas que le afectan, para elaborar un informe final que presentará dentro de varios meses.
Pero, en todo caso, el informe preliminar de esta personalidad ha concretado los aspectos generales que enfrenta la justicia boliviana y que requieren reformas o cambios sustanciales, de tal forma que el mecanismo judicial cumpla con la eficiencia que corresponde a un país con características modernas y donde realmente la justicia tenga las condiciones necesarias para atender a la población y sea un instrumento para asegurar su tranquilidad.
Las observaciones iniciales del relator tienen particular interés en lo que se refiere a la baja asistencia del electorado en las elecciones judiciales de los años 2011 y 2017, así como la necesidad de hacer “reajustes” entre los magistrados, asunto sobre el que afirmó, poniendo el dedo en la llaga, que “Uno de los temas de reflexión, es la revisión de los procesos de elección popular de las altas cortes a través de la Asamblea Legislativa”.
Fue, pues, valiosa, aunque breve, la visita del Relator de Naciones Unidas, por el hecho particular de que ya no se considera el asunto de la justicia Bolivia en total ambigüedad, sino por la forma concreta con que se plantea sus omisiones, tanto en la justicia en sí misma como en su administración.