lunes, mayo 20, 2024
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Sigue el silencio en caso de la Gaiba

Hay secretos casi arcanos que con excesivo celo son guardados en el país; uno de ellos es el referido a los yacimientos de “joyas semi-preciosas de la Gaiba” que, durante la gestión del Gral. Luis García Meza se reveló que se explotaba desde hace muchos años y, se dijo, “se hará un comunicado pormenorizado al respecto”, que nunca se lo dio a conocer. En ese tiempo se dispuso que la administración y explotación de los yacimientos de joyas de la Gaiba estarán bajo responsabilidad de las Fuerzas Armadas; sin embargo, ni durante el gobierno del Gral. García Meza ni en ninguno de los gobiernos que le sucedieron se informó algo al respecto; se prometió mucho y el silencio fue permanente, aunque, por fuentes extraoficiales se supo siempre que continuaba la explotación y exportación de lo producido en la Gaiba.

Han pasado más de treinta años desde el “descubrimiento” de esos yacimientos y el silencio continúa. ¿Qué pasó? ¿Qué misterios hay en este caso que debería ser público? ¿Por qué el celo de tantos gobiernos que han pasado ya a la historia? ¿Cuál es la realidad que deberían revelar las Fuerzas Armadas, puesto que la explotación del yacimiento estaba a su cargo? Desde esos años de la década del 80 se dijo mucho sobre la Gaiba y se prometió informes detallados que nunca se dieron. Alguna repartición del Estado tendría algo que decir porque se trata de un caso que es de propiedad e interés del Estado y el actual gobierno deberá exigir antecedentes e informes claros sobre el caso. Mucho se dijo y está impreso en la prensa de esos años con serie de datos inclusive sobre la posibilidad de que “haya habido continuidad con la cadena de esmeraldas de Colombia” (que nunca se aclaró ni se dijo más al respecto).

El caso de la Gaiba no puede continuar como un misterio, cuyo silencio compromete a todos los gobiernos, aunque no hayan tenido parte ni intervención en la explotación y manejo de los yacimientos; pero el país debe conocer, saber qué pasó, cuánto se explotó y rindió lo producido y explotado. Debe ser interés del actual gobierno que se aclare el caso y, además, que no sea ejemplo de explotaciones clandestinas, sea de oro o de cualesquiera minerales o bienes que posee el país. La Gaiba no puede seguir como secreto arcano o misterio, algo recóndito o reservado; se trata de una propiedad pública puesta bajo administración y responsabilidad de personas o instituciones que están obligadas a responder e informar sobre su manejo.

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