domingo, mayo 5, 2024
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La argumentación y contraargumentación dentro del discurso académico

Por: Equipo editor

 

¿Qué es la argumentación?

 

Es una actividad social, intelectual y verbal que sirve para justificar o refutar una opinión, y que consiste en hacer declaraciones teniendo en cuenta al receptor y la finalidad con la cual se emiten. Para argumentar hace faltar elegir entre diferentes opciones o explicaciones y razonar los criterios que permiten evaluar como más adecuada la opción elegida. (Sanmartí, 2003)

 

En palabras más sencillas la argumentación es el ejercicio, ya sea oral o escrito, que se realiza para demostrar o probar una tesis o proposición. Su objetivo es convencer a otra persona de aquello que se afirma o se niega.

 

Características de la argumentación

 

Para el desarrollo de una argumentación se debe considerar lo siguiente:

 

  • Debe ser coherente y consistente, sin exhibir contradicciones.
  • Debe realizarse en base a pruebas y razonamientos fundados ya que busca ser válida y creíble.
  • Debe manejar un tono serio, firme y pausado, mostrando convencimiento de lo que se expone.
  • La asociación de ideas, datos, ejercicios, bibliografía y razonamientos lógicos que se realiza durante la argumentación, genera una información nueva.

 

En una argumentación científica, reconocemos cuatro componentes:

 

  1. Teórico. Requiere la existencia de modelos teóricos que sirva como referencia al proceso explicativo.
  2. Lógico. Presenta una estructura sintáctica muy rica y compleja, permitiendo determinar diversos tipos de razonamientos (deductivos, abductivos, causales, funcionales, etc.)
  3. Retórico. En esencia la argumentación busca persuadir al interlocutor sobre el cambio o acción sobre un conocimiento existente.
  4. Pragmático. La argumentación se produce en un contexto, al cual se adecua y mediante el cual toma su completo sentido.

 

Partes y estructura de la argumentación

 

Todo texto argumentativo presenta tres partes fundamentales, que son:

 

Tesis. Es la idea fundamental sobre la cual se reflexiona y se argumenta.

 

Cuerpo argumentativo. Es la aportación de todo tipo de razones que permiten al autor convencer al destinatario. Se denominan argumentos.

 

Conclusión. Sintetiza las ideas expuestas sugiriendo o aportando alguna otra a manera de finalización presentando su nueva tesis o reafirmando la formulada.

 

Sin embargo, la orden o manera de cómo estas partes se desarrollarán genera diferencias en su estructura básica, donde se podría adoptar una propia, respetando la pertinencia y propiedad de la misma.

 

¿Qué es la contraargumentación?

 

Es un proceso de argumentación enfocada a replicar o responder algo ya emitido, este tiene exactamente los mismos elementos observados en el desarrollo de la argumentación, con la excepción de que debe nacer de la réplica sobre la tesis planteada anteriormente; es decir, es la oposición total o parcial a un argumento manifestado.

 

Gracias a la contraargumentación se genera las técnicas grupales de debate, caso contrario únicamente se trataría de técnicas expositivas.

 

Una manera de replicar a un argumento es ofrecer el principio inferencial o garantía que supuestamente hace de lo aducido una razón para la conclusión, y que por tanto autoriza a pasar de las premisas a la conclusión. Toulmin (2003) caracteriza las garantías como “enunciados hipotéticos generales que pueden servir como puentes y autorizar el tipo de paso con el que nos compromete el argumento ofrecido”. Podemos decir por ello que hay tres maneras principales de atacar un argumento: cuestionando alguna de sus premisas, cuestionando su garantía o cuestionando su conclusión.

 

Contraargumentar no es simplemente cuestionar alguno de los componentes de un argumento, sino dar razones para rechazar su pretendida validez. Así, se puede argumentar que alguna de las premisas no es verdadera, que la garantía no es válida o que no es aplicable al caso considerado, o que la conclusión es falsa.

 

En consonancia, distinguiré tres tipos principales de contraargumentos, los cuales son:

 

Objeción

 

Este tipo de contraargumento deja por establecido un argumento que concluye que las premisas de otro argumento son falsas o dudosas. Así sucede, por ejemplo, cuando una conclusión determinada es contraria o contradictoria con alguna de las premisas de argumento anterior. El efecto de una objeción es dejar en suspenso la conclusión del argumento criticado.

 

Recusación

 

Se pueden distinguir tres variedades de la recusación:

 

Primero, una recusación de principio, la cual alega que la garantía expuesta no es una regla válida, y por tanto el paso de las premisas a la conclusión no está justificado.

 

Segundo, una excepción, en la que se comprueba que aunque la garantía manifestada es una regla válida, no se aplica en ese caso porque concurre alguna circunstancia excepcional.

 

Finalmente, una reserva, la que identifica circunstancias en las que la inferencia es cuestionable, razones para dudar de su oportunidad.

 

Refutación

 

Distinguiré también tres formas de refutación, asociándolas con las frases a manera de silogismos: A pero B, A aunque B, y A pero también B.

 

Cuando alguien dice A pero B, a menudo da a entender lo siguiente:

 

  • Que acepta A.
  • Que acepta B.
  • Que A es una razón para C.
  • Que B es una razón para una conclusión C’ incompatible con C.
  • Y que, en esa situación, B es una razón de más peso que A.

 

De esta manera, al decir A pero B se invita al destinario a inferir C’. Cuando suceda así, diré que el argumento B por tanto C’ es una refutación contradicente del argumento A por tanto C. Adviértase que en una refutación no se llega a la conclusión C’ directamente desde B, sino a través de una ponderación de razones opuestas.

 

Por eso la refutación comporta siempre un ejercicio de ponderación. Por ponderación hay que entender la acción de sopesar o determinar el peso relativo de dos argumentos.

 

Cuando alguien dice A aunque B suele dar a entender que B es insuficiente para rebatir el argumento A por tanto C, de manera que la conclusión, tras la ponderación de A y B, sigue siendo C. Algunos piensan que aunque el contraargumento B por tanto C’ no tiene la fuerza requerida para rebatir al argumento A por tanto C, lo debilita en algún sentido. Estaríamos entonces ante lo que Pollock (2010) llama un “atenuante”; es decir, que disminuye la gravedad o la intensidad de una cosa.

 

Al decir A pero también B se adquieren compromisos similares a los de los dos casos anteriores, pero se da a entender que las razones opuestas manifestadas tienen el mismo o parecido peso. Si es una respuesta al argumento A por tanto C, A pero también B busca dejar en suspenso la inferencia de C a partir de A.

 

La contraargumentación sigue un procedimiento que busca la mayor efectividad al menor sacrificio cognoscitivo. Por eso la objeción tiene prioridad sobre la recusación; y estas, sobre la refutación.

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