sábado, abril 27, 2024
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La guerra de hashes

La historia de la adopción del Bitcóin (Btc) puede dividirse en cuatro fases, a saber: 1. Los compradores tempranos, programadores, cyberpunks e informáticos, que conocieron la existencia de la tecnología Blockchain en sus inicios. 2. Los inversionistas, emprendedores y empresarios, que empezaron a comprar la criptomoneda, ya sea para usarla para intercambiar o como un refugio de valor, 3. Las instituciones, corporaciones, fondos de inversión y capital que administran el dinero de sus clientes como Microestrategy de Michael Saylor, y finalmente: 4. Los Estados no solo están adquiriendo bitcoines sino que se están preocupando de minarlos.
El Btc se ha convertido en la moneda por excelencia, es un producto resultado de operaciones criptográficas que resuelven algoritmos matemáticos, programada para tener límite en su emisión. A diferencia de la moneda fiduciaria ilimitada e inflacionaria, sólo pueden existir 21 millones de Btc. Esta cualidad de escasez lo muestra como un criptoactivo muy deseable.
El Btc estuviera respaldado en la minería, es decir, en descifrar bloques encriptados con un esfuerzo criptográfico que requiere de electricidad, potentes ordenadores e internet. Los mineros invierten cantidades de elementos para obtener la criptomoneda y por ese trabajo son recompensados con el mismo criptoactivo. El “hash” es un código alfanumérico que se genera aleatoriamente para las operaciones y el “hashrate” es el poder computacional total para minar y procesar transacciones en la cadena de bloques que implican el sistema prueba de trabajo. Este proceso hace del Btc una moneda exacta, pura y dura.
Los burócratas no pueden controlar, supervisar o regular esto, porque ha sido programado de tal manera que es inmutable en su funcionamiento. Algunos se han ocupado de competir contra el criptoactivo, tal es el caso del Petro en Venezuela, fracaso ruidoso de la imposición de una moneda digital del banco central. Pero se persiste en una competencia por posicionar una moneda digital del banco central, en este afán está la China con su Yuan digital.
Los políticos han empezado a comprar y almacenar Btc, como refugio de valor, tal es el caso de El Salvador, que no solo ha comprado Btc, sino también ha empezado a minarlo con la energía proveniente de sus volcanes. En Irán la minería era clandestina hasta el 2019, cuando el Ministerio de Industria, Minas y Comercio finalmente detectó las oportunidades que crea minar la criptomoneda. Por otro lado, la crisis económica venezolana ha obligado a sus burócratas a pensar seriamente en abrir la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Relacionadas (SUNACRIP), para pensar en la minería como una vía de escape de la pobreza. De igual forma, Kazajistán ha invertido millones de dólares en la criptominería desde el gobierno. Actualmente Estados Unidos lidera el poder del minado, seguido por Rusia, Malasia, Alemania, Canadá, Noruega, podio que China perdió por expulsar a sus mineros, cometiendo un grave error que le costará caro.
Entonces, los países están en una carrera por tener la potencia del minado, una competencia geoestratégica, quien tenga más bitcoines tendrá más opciones de supervivencia. El analista Max Keiser dirá que no solo nos encontramos en una “Guerra de hashes” donde los países acumulan y minan Btc, sino que se trata de un momento “Sputnik”, se trata de ver quién conquistará el espacio antes que los demás, es esta una carrera por acumular todo el Btc posible. Toda esta guerra se desarrolla paradójicamente de forma pacífica.
Pero no somos estatistas para alentar la compra y minado de Btc desde el Estado, somos liberales que proponen la libertad monetaria de cada individuo, cada quien debe tener la libertad de elegir con qué moneda ahorrar y realizar transacciones, ni prohibir, ni imponer, dejar hacer y desnacionalizar la moneda en el territorio. Como diría Keiser: “La verdad es que, si quieres soberanía individual, si quieres justicia, si quieres riqueza sin censura, inconfundible e indestructible, solo hay un camino a seguir, y ese es Bitcoin”.

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