lunes, abril 29, 2024
InicioSeccionesCulturalMary Carmen Molina Ergueta

Mary Carmen Molina Ergueta

Nuestra guapa invitada de turno hoy en Cultural es una reconocida investigadora y crítica en literatura y cine. Editora, programadora y gestora cultural. Destaca su formación en el pregrado y el postgrado en Literatura de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz. Se especializó en literatura boliviana escrita por mujeres, representaciones de lo femenino en literatura de principios de siglo XX y poesía boliviana. Formó parte del proyecto “Literatura boliviana y democracia” en 2008 y del proyecto de investigación “La crítica y el poeta” del 2011 al 2019. Ha sido coordinadora, investigadora y autora del “Mapeo de mujeres en las artes en Bolivia 1919 – 2019”, iniciativa del proyecto “El siglo de las mujeres”, gestionado por el Goethe -Institut de La Paz, los institutos Goethe de Latinoamérica y la Coordinadora de la Mujer en Bolivia.
Su trabajo ha abarcado muchísimos espectros a nivel nacional y se constituye en uno de los máximos referentes culturales del país y aquí tenemos la suerte de conocerla un poco más… sean todos bienvenidos al show.

¿Qué frase literaria te identifica a pleno?
“La Historia es histérica: solo se constituye si se la mira, y para mirarla es necesario estar excluido de ella” (Roland Barthes).

¿A cuándo nos remontamos para hablar de tus primeros proyectos orientados a la cultura?
Comencé en la radio. En 2005, junto con dos amigos, hicimos un programa especial dedicado a la Feria del Libro de La Paz, que se transmitía por Radio Cristal. Unos años después, en 2008, con uno de estos amigos comenzamos a hacer un programa de radio semanal sobre cine, también en Radio Cristal. Era un programa de media hora en el que hacíamos entrevistas y crítica de cine, y difundíamos información sobre cine en general. A través de ese programa, conocí a mucha gente del medio, con la que después me encontraría en otros espacios y proyectos.

¿Tienes alguna habilidad o afinidad artística?
He tenido una curiosidad por la danza contemporánea, por la que he conocido profesoras y compañeras maravillosas a quienes admiro mucho. En la literatura, que es el campo que he estudiado académicamente, no he desarrollado un interés por la escritura de ficción; la crítica y la investigación son mi campo de trabajo.

¿Cómo surge tu interés por especializarte en la literatura boliviana escrita por mujeres?
Mi interés en la literatura escrita por mujeres comenzó con la lectura de algunos libros. Creo que los primeros libros escritos por mujeres que me marcaron fueron “Frankenstein” de Mary Shelley y “Viaje olvidado” de Silvina Ocampo. Pienso que la incomodidad e interpelación que construyen las escrituras de estas autoras y otras están muy vinculadas con una tensión entre los lugares desde los que las mujeres enuncian y piensan, y las formas en las que la sociedad moldea sus cuerpos y subjetividades para ejercer un control sobre ellas. La representación de lo femenino es una de las insistencias más longevas y complejas de la literatura occidental, y me interesa ver cómo estas imágenes son abordadas, transformadas y enfrentadas por las escritoras. Particularmente, me interesa cómo las mujeres de fines del siglo XIX y principios del XX son sujetos clave para el fenómeno de la modernidad en Bolivia: tanto las representaciones de ellas realizadas por plumas masculinas, como las imágenes que ellas mismas configuran para auto-representarse, resultan problemáticas y transformadoras de las sociedades y sus prácticas en un período de desestabilización y cambio de marcos interpretativos, como lo es la época mencionada.

¿Es uno de tus trabajos más importantes el “Mapeo de mujeres en las artes en Bolivia 1919-2019”?
Sí, creo que es un proyecto importante. Se trata de una investigación realizada durante 8 meses aproximadamente, desarrollada junto a mi colega Fernanda Verdesoto, a través del proyecto “El siglo de las mujeres” del Goethe – Institut La Paz. Se mapeó a mujeres en seis diferentes disciplinas artísticas entre 1919 y 2019 y se realizó un libro de consulta que incluye listas de mujeres en estas áreas. La información fue recuperada de una serie de fuentes biblio y hemerográficas, además de fuentes orales, con el objetivo de reunir y articular información sobre mujeres en las artes y la cultura que pueda utilizarse como base de consulta para investigaciones y para conocimiento en general. Pienso que es importante porque se desconoce el trabajo y el aporte de mujeres en las artes en Bolivia: las mujeres cuya obra se conoce se presentan casi como hitos en medio de un canon hegemónico masculino y patriarcal, que obvia las trayectorias y el trabajo de las mujeres. Aportar para que las diferentes acciones de invisibilización vayan perdiendo alcance y la historia pueda ser continuamente reelaborada me parece algo clave para potenciar la investigación y la cultura desde la equidad y la igualdad de género.

¿Cómo ponderas tu faceta como crítica de cine?
Pienso que la crítica de cine es una forma horizontal de compartir formas de pensar acerca de uno de los fenómenos más importantes de la cultura en la modernidad: las imágenes en movimiento. Mi interés en la crítica de cine parte de este pensamiento, que siempre he buscado poner en práctica con películas que considero merecen ser vistas y pensadas colectivamente, en tensión y diálogo con diferentes criterios y formas de ver el mundo.

¿Qué tal fue la acogida del programa radial “Cine con Cristal” que se emitió por la eterna Radio Cristal?
Fue una experiencia muy buena, a través de la cual conocí a mucha gente del ámbito del cine y la cultura, con la cual trabajaría o me encontraría en otros contextos. Hacer radio presenta un desafío interesante a la hora de comunicar algo: la necesidad de establecer puentes de diálogo en el espacio y el tiempo cotidiano de las personas. El programa Cine con Cristal fue una primera experiencia para entender que la cultura y sus expresiones generan puntos de vista y testimonios que es necesario poner en diálogo y dar a conocer, para construir pensamiento crítico y comunidad.

Como Gestora Cultural conoces los pormenores de nuestros artistas ¿Cuáles crees que deben ser los pilares fundamentales para poder levantar el arte en general tras el efecto de la pandemia?
Creo que en Bolivia mucho del arte y la cultura se ha impulsado y creado por voluntades individuales o colectivas independientes de los actores culturales, que han trabajado en general en contextos de condiciones poco favorables para la creación y la circulación de expresiones y productos artísticos y culturales. En una situación como la que se vive actualmente, en medio de una pandemia que ha mostrado la precariedad de la vida en casi todos los aspectos en Bolivia, pienso que la reactivación del sector artística podría tener mayor alcance con programas o incentivos institucionales de parte del Gobierno central o de los gobiernos departamentales y municipales. La cultura y el arte son ámbitos que generan vida y economía, cuyas trabajadoras y cuyos trabajadores no son vistos como tal y, por ende, deben recurrir continuamente a generar medios de vida a través de otras fuentes y en otros ámbitos. Generar un cambio en esta realidad debe ser un proyecto a largo plazo impulsado con políticas concretas y de alcances efectivos y no solo simbólicos.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor aporte al espectro cultural nacional durante todos tus años de carrera?
Si bien llevo trabajando en la gestión cultural y la producción de investigación sobre cultura y arte por casi una década, pienso que este tiempo es corto y que mi experiencia está en crecimiento, todavía encontrando maneras más estables de constituirse. Pienso que uno de los lugares en los cuales trabajo, la investigación en arte y cultura, es un espacio que hay que seguir empujando y en el que hay que seguir trabajando, para poder generar aportes de alcance cada vez mayor.

¿Qué proyectos tienes en agenda para este tiempo en que se están retomando las actividades artísticas y culturales de a poco?
Después de la conclusión de la investigación/acción y exposición museográfica Mujeres/Cine: Bolivia 1960-2020 (que trabajé junto a Sergio Zapata y un equipo de investigadoras e investigadores, con el apoyo del Centro Cultural de España en La Paz, entre 2020 y 2021), me encuentro investigando sobre la obra y el trabajo de realizadoras audiovisuales y crítica de cine en Bolivia.

Checklist:

Libros inolvidables: Frankenstein, de Mary Shelley. Viaje olvidado y Las invitadas, de Silvina Ocampo. La loca del desván, de Sandra Gilbert y Susan Gubar. Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño. El occiso y Memorias de Villa Rosa, de María Virginia Estenssoro. Éramos unos niños, de Patti Smith. El jardín de Nora, de Blanca Wiethüchter. Zama, de Antonio di Benedetto. Castalia Barbara, de Ricardo Jaimes Freyre. Sombras de mujeres, de Alberto de Villegas. La cámara lúcida, de Roland Barthes.
Películas imperdibles: Vertigo, de Alfred Hitchcock. Taxi Driver de Martin Scorsese. Los espigadores y la espigadora, de Agnes Varda. La ciénaga, de Lucrecia Martel. The Man Who Fell to Earth, de Nicolas Roeg. Agarrando pueblo, de Luis Ospina y Carlos Mayolo. Series que son mejores que películas: Los Soprano, creada por David Chase. Mad Men, creada por Matthew Wiener.
Artistas que más admires: David Bowie. Tejedoras bolivianas de diferentes culturas.
Cosas esenciales en la vida: Los viajes, las bibliotecas, los museos, los mercados.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES