sábado, mayo 4, 2024
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El censo es necesario e importante para el país

Como siempre ocurre en nuestro país con mentes pobres, ignorantes y subdesarrolladas, cuando se trata de encarar grandes medidas o transformaciones, no faltan quienes expresan criterios contrarios, Ahora, sería respecto al censo que realizaría el próximo año. Oponerse al censo es como aplaudir la vigencia de la pobreza y el subdesarrollo; sería aplaudir la ignorancia y el atraso, aceptar bajos índices de salud y educación, consentir en que nuestro país debe seguir en extrema pobreza.
El censo se debe realizar cada diez años con el fin de establecer los parámetros población y también de empleo, vivienda, posibilidades económico-financieras; disponer medidas para combatir al subdesarrollo, mejorar salud y educación; cambiar los modos de vida de nuestros campesinos. El censo es mostrar valores, cuantificar riquezas, medir las capacidades de la población, abrir caminos al desarrollo y progreso. Es saber quiénes somos, cuántos, qué hacemos, qué podemos y debemos hacer para mejorar nuestra vida. En fin, un censo es cuantificar lo positivo que el país puede lograr; es medio para saber cuánta gente extranjera está asentada en el país, saber qué hace, cómo contribuye al desarrollo nacional y cuánto más podría hacer con eficiencia y honestidad. El censo es ver medios turísticos de la nación y establecer falencias y posibilidades para entenderlo y contribuir a su crecimiento. Es, en síntesis, saber de todos los valores y bienes de la nación, incluyendo la capacidad de sus habitantes para lograr desarrollo, abandonar la pobreza y contribuir a que todos ello alcancen una vida plena y digna.
Oponerse al censo es aceptar la miseria y el atraso; es decidir que los bolivianos complotemos contra nosotros mismos porque se evita que el país conozca los males que, antes del censo, aparecen ocultos, disfrazados, o al margen del diario vivir. Todos los datos estadísticos que arroje serán importantes no solo para nosotros sino para el mundo, porque, por ejemplo, los inversionistas y poseedores de tecnología sabrán qué hacer en Bolivia, en qué y cómo invertir con miras al desarrollo. No cooperar con la realización del censo es complotar contra el país y dañar más su ya menguado prestigio.
Entre los beneficios del censo está contar con datos actualizados sobre población, vivienda, índices de nacimientos y mortandad, condiciones de empleo y su calidad y posibilidades; asistencia escolar y colegial, estadísticas sobre universitarios y sus posibilidades de lograr profesionalismo para cubrir las necesidades de la nación; mostraría realidades y potencial de nuestras empresas privadas, cuya producción es decisiva para la economía nacional. El censo es el mejor medio para atraer capitales financieros, tecnológicos y humanos porque sus resultados serán certificación de la realidad y posibilidades del país.
Nuestra nación, conjuntamente la comunidad internacional, pueden confiar en que los resultados censales resultarán beneficiosos y todo ello estará librado a la capacidad de quienes lo manejen, con personal debidamente entrenado, bien pagado y con dotes de honestidad y responsabilidad. No faltarán opositores que aleguen preocupación por los presupuestos; pero el censo y lo que se utilice en él, será inversión y no gasto. No cabe, pues, oposición; por el contrario, merecerá el respaldo de todos. Que habrá fallas y errores, ni duda cabe; pero los datos que arroje son necesarios para planificar la vida y futuro del país.

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