jueves, abril 25, 2024
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Seguridad alimentaria en riesgo a causa del creciente contrabando

En las últimas semanas se ha vuelto cada vez más común leer y escuchar cifras sobre el contrabando, con empleos afectados y millonarias pérdidas económicas al Estado Boliviano. Esta actividad ilegal, además, pone en riesgo la seguridad alimentaria, según opinión del presidente de la Cámara Agropecuaria del oriente (CAO), Mario Justiniano.
Hace unos días atrás varios sectores agropecuarios informaron de las pérdidas que deja el contrabando de productos provenientes de países vecinos, cuya monto bordea los 400 millones de dólares, y que pone en riesgo los empleos, el funcionamiento de las empresas, así como la salud de los bolivianos.
Justiniano, en su artículo de opinión, “Seguridad alimentaria en riesgo a causa del creciente contrabando”, señala que el gran problema de esta actividad ilícita -principalmente para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria- es que atenta directamente a la producción primaria.
“Hoy es conocido por todos, que la situación productiva, económica y cambiaria de Brasil, Argentina, Perú y Paraguay favorecen la salida de materias primas (granos, carnes, frutas y hortalizas, etc.) y productos industrializados (aceite, azúcar, lácteos, embutidos y otros) hacia Bolivia, colocando en nuestro país productos de menor costo para el consumidor final”, señala.
Sin embargo, también sostiene que la situación es coyuntural, pues en el corto o mediano plazo puede cambiar la el estado político o económico de las naciones vecinas o del país, y la volatilidad del tipo de cambio de las monedas tiendan a estabilizarse en el marco de la dinámica natural del comercio exterior, cuya figura es parte de los ciclos económicos a lo largo de la historia de Latinoamérica.
“Para graficar la situación crítica que atraviesa la producción nacional por causa del contrabando, veamos el ejemplo del sector lechero y la industria láctea. Datos del Observatorio económico de la Cámara de Industria y Comercio de Cochabamba (ICAM) y de la Federación Departamental de Productores de Leche (Fedeple), señalan que el 25% del consumo nacional de lácteos corresponde a contrabando”, apuntó.
Informa que ingresan lácteos extranjeros en grandes cantidades, por lo que el productor nacional vende diariamente menos litros de leche a la industria, y con el paso del tiempo la industria produce cada vez menos productos elaborados.
Esa reducción en la venta de materia prima, provoca que el productor baje su producción y cierre su lechería, dejando a cientos de familias sin empleo; la industria disminuye su capacidad operativa y deja sin ingresos a otro gran número de familias.
En conferencia de prensa, el sector lechero planteó alternativas para que el sector pueda encarar la competencia desleal, a través de la provisión al desayuno escolar, pero también al aumento del porcentaje en el subsidio prenatal.
Sin embargo, en el mediano plazo los lácteos empiezan a ser requeridos en grandes cantidades por los mercados asiáticos y el contrabando deja de ser un negocio rentable, reflexionó a tiempo de indicar que la recuperación del sector boliviano no será de inmediato y que tomará su tiempo, hasta para la industria láctea.
“Si no existe una lucha frontal al contrabando, este terminará matando la producción nacional, y cuando eso suceda pasaremos a depender única y exclusivamente de la importación para consumir alimentos, pero a precios internacionales”, sentencia.
Señala que es muy importante la participación de los 3 niveles de gobierno, de forma coordinada, constante y sostenida. Sin embargo, en esta lucha, el consumidor es una pieza clave en la cadena; sin demanda el contrabando pierde mercado.

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