viernes, abril 26, 2024
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Se enreda investigación del golpe de noviembre

Durante la existencia de Bolivia, según afirman los historiadores, por lo menos se produjeron ciento cincuenta “revoluciones”, pero muy pocas, o ninguna, fueron sometidas a investigación y el recuerdo de su detalle ha desaparecido, dando lugar a anécdotas fantásticas que se convirtieron en verdades. Esa tradición estaría por llegar a su fin con el caso del golpe revolucionario contra el gobierno de Evo Morales y, por tanto, imponerse la necesidad de una investigación a fondo del asunto.
Sin embargo, esa medida se produce por vías equivocadas, se limita a la observación de aspectos secundarios y no centrales de los sucesos y, al mismo tiempo, se trata de negar, de manera más insistente, la posibilidad de hacer las deducciones lógicas imprescindibles para dilucidar el tema. Se realiza con la técnica que los historiadores denominan “empírico-positivista”, forma que no aclara lo ocurrido, ni mucho menos y, finalmente, todo queda reducido a un enorme cero.
Esta investigación del golpe de noviembre, en primer lugar, no está en función histórica, tiene fines pragmáticos, característica que conduce a que pierda su valor. Ha derivado en persecución a gran cantidad de personas, amenazas, atemorización a la ciudadanía, etc., que reducen su importancia. Las amenazas de cárcel han obligado a numerosas personas a exiliarse, porque piensan que en el país la justicia está por los suelos. Ese error ha hecho que otros ciudadanos hagan maletas y se preparen para ponerse a salvo en otros países, lo cual impide la investigación.
Es más, una persecución masiva hará que las cárceles no den abasto a los actores intelectuales del golpe, ya que, como va la cacería, esas cárceles resultarán pequeñas, pues también irán a prisión miles de personas que tomaron las calles y levantaron barricadas, se alzaron como actoras materiales de la rebelión de noviembre para derrocar y hacer renunciar al entonces presidente Evo Morales y compañía.
Tan enorme es la caza de brujas que no solo está dirigida contra numerosas personas, sino también instituciones, como la Iglesia, partidos, organizaciones culturales y otras. Se trata de una pelea de contra todos, sean nocentes, culpables o curiosos. Pareciera que la Espada de Damocles pende sobre la cabeza de todo el pueblo.
Semejante forma de desear demostrar lo indemostrable, se ha convertido en un enredo imposible de entender y todos se dan cabeza con cabeza. El embrollo derivó en algo que no se puede entender. La desesperación de dedicarse a asuntos de mínima cuantía ha desembocado en la reducción al absurdo (reductio ad absurdum), como dicen los expertos.
Semejante actitud revanchista y escarmentadora se ha convertido es un enredo increíble, pues, confundiendo lo secundario con lo principal, se la enfoca en pocas personas, como encarcelar a la expresidenta jeanine Añez que, como actora de los sucesos, si tuviese alguna culpabilidad, debe ventilarse en juicio de responsabilidad, no para “guillotinarla”, sino para aclarar lo sucedido y conocimiento para no repetir errores políticos.
Como va, la “investigación” es un error, no es un juicio, pues, en reacción de bumerang, la figura de los perseguidos crece y adquiere importancia mundial, mientras la de los perseguidores se minimiza y hasta se sentarán en el banquillo de los acusados, los mismos Evo Morales, García Linera y compañía, como ya se anuncia.

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