viernes, mayo 3, 2024
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Libertinaje para no cuidarse del virus

Buena parte de nuestra población –al igual que la europea y estadounidense– ha decidido “liberarse” de las exigencias de evitar los contagios, haciendo caso omiso a las medidas dispuestas, como el lavado de manos, el uso de tapa-bocas, la no asistencia a festividades de cualquier tipo, evitar reunirse en plazas y sitios de gran concentración humana y cumplir toda medida que ayude a evitar contagios; pero, todas las prevenciones han sido desoídas y muchas personas, casi al unísono, han decidido asistir a fiestas y reuniones de toda clase y tener una vida normal, como si ya se hubiese superado la pandemia. Sin embargo, esa liberalidad adoptada por quienes parecerían dispuestos a enfrentar al virus tuvo la respuesta de contagiar a más personas, inclusive aplicando nuevas cepas y multiplicando los casos, en detrimento de más población que, llegado el momento crítico de enfrentar la enfermedad, seguramente no sabrá qué hacer al reconocer su desidia por no haberse cuidado.
Vivimos, pues, un tiempo de mayores complicaciones que, añadidas a las existentes, crean más amarguras y problemas para padres de familia, adultos y niños; si a todo ello se añade el hecho de presentarse nuevos crímenes, especialmente con muerte a mujeres y niños, nos mostraríamos como un país abandonado del todo. Ante semejante situación de falencias morales y descuidos radicales en el cuidado de la salud, el gobierno tendría que adoptar medidas severas para castigar a los culpables de contagios y muertes que, de seguir en el ritmo impuesto hace días por los mismos irresponsables, se corre el riesgo de convertir al país en una especie de “centro de operaciones del coronavirus para actuar con total libertinaje”.
Ante situación tan arbitraria de “importar poco o nada la vida”, demostrada por los renuentes a los cuidados y que incumplen las reglas de respeto a la salud y la vida de la colectividad, poniéndola en serios peligros y hacerla instrumento seguro de contagios, policías y efectivos del ejército deberían adoptar medidas para apresarlos y hacerlos culpables de atentados contra la población, exigirles que paguen multas y cumplan sentencias mínimas en las cárceles del país; no actuar drásticamente con estos casos es dejar en libertad para que surjan nuevos enfermos. Finalmente, de acuerdo con lo señalado por un juez, que los renuentes a los cuidados cumplan trabajos de bien público en calles y sitios de concentración de gente. La misma población debería denunciar a los infractores; de otro modo, es invitarlos para que cosechen víctimas en domicilios de amigos y familiares.

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