martes, abril 30, 2024
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Maira de la Riva

Nuestra invitada de lujo en Cvltvral hoy es una destacada cantante y actriz improvisadora. Estudió canto lírico y popular con diferentes maestros y exploró varios géneros musicales, llegando a trabajar en la producción de Concierto Barroco, Requiem de Mozart y Teatreros y Amore, Gala de canto romántico. Desde el 2014 es parte de la “Compañía Artística Chuquiago”, la primera compañía en realizar espectáculos de improvisación teatral, donde además de canto improvisado, inició su formación en actuación en el campo de la improvisación teatral y el teatro de texto. Actualmente vive en Buenos Aires, donde continúa sus estudios y en esta exclusiva nos cuenta más sobre su carrera. Sean todos bienvenidos al show.

¿Cómo es Maira en su día a día?
Soy una persona alegre y positiva, me paso el día relacionando las cosas que digo o escucho con canciones, a veces con canciones que escuché hace mucho tiempo. Me gusta estar moviéndome constantemente, no logro estar haciendo la misma cosa por varias horas excepto cuando entreno y ensayo que pierdo la noción del tiempo. Me gusta leer y jugar videojuegos. Soy nocturna, me duermo muy tarde y por eso las mañanas son difíciles. Últimamente tengo una obsesión con ver las noticias.

¿Cuándo y cómo llegó el arte a tu vida?
Desde muy niña mis papás nos llevaban mucho al teatro, además mi papá es multifacético ya que hizo teatro, música y principalmente magia. Me acuerdo que lo veía en el escenario y luego entraba a ese lugar mágico detrás de escena, hay todo un mundo diferente ahí que desde la platea no se ve, y cuando se es chiquitita se veía mucho más grande. Me llamaba mucho la atención estar ahí, pero al mismo tiempo me agobiaba la idea porque era muy, muy tímida, cuando fui creciendo me encerraba en mi cuarto y me ponía a cantar y también a aprender guitarra, era algo muy íntimo, no quería que nadie me escuche por vergüenza. Fue hasta que una amiga me dijo que le gustaba como cantaba y me pidió que cante. Fui de a poco confiando más en mí misma y aprendiendo, hasta que empecé a dedicarme cada vez más y dejé de lado las demás cosas que hacía, para dedicarme totalmente al arte.

¿Te gusta proyectarte más como cantante, actriz o ambos al unísono?
Mucho tiempo pensé que a mi canto le faltaba algo de actuación, de hecho, entré a la “Compañía Chuquiago” como cantante para emprender un nuevo proyecto de improvisación musical; como parte del entrenamiento y de los ensayos empezamos a trabajar técnicas de teatro improvisado, y me gustó mucho la actuación, aunque sabía que tenía que atravesar un largo recorrido. Muchos amigos me preguntaban por qué estaba dejando de cantar para dedicarme a actuar, pero no lo veo como cosas separadas e independientes sino que coexisten, se complementan y en disciplinas como el teatro musical se hacen las tres cosas al mismo tiempo, cantar, bailar y actuar.

¿Qué efecto causa a tu espíritu estar en un escenario?
Me causa una gran mezcla de emociones; desde el momento previo a salir a escena, donde los nervios y la adrenalina están al máximo, o el miedo que me paraliza y en contradicción, la energía que me empuja a dar ese salto al vacío y que el telón se abra de una vez para estar ya dentro del escenario, pero cuando todo empieza, ese es el presente, en un plano donde el tiempo-espacio son distintos, donde la realidad se encuentra con la imaginación y ese vínculo es un pacto en el teatro, de llevarnos a universos inexplorados donde todo es posible.

¿Cuál dirías que es tu mayor virtud como actriz?
Creo que mi memoria. Puedo memorizar textos y canciones muy rápido, incluso voy memorizando las obras completas sin darme cuenta, muchas veces solo escuchando un par de veces los ensayos logro aprender las líneas de muchos personajes. Pensé que era algo verbal solamente pero ahora que estoy practicando danza me doy cuenta que también logro memorizar rápidamente coreografías, partituras musicales y con el tiempo quién sabe que más pueda memorizar.

¿Cuándo fue tu primera presentación en un escenario?
El 2012 fui parte del coro de Ad Libitum, hicimos algunas presentaciones corales en lugares como la cinemateca, el CBA y es septiembre de ese año se hizo una reposición de “La última noche de Beethoven” en el Teatro Municipal, fue increíble, era una producción enorme, con música en vivo, danza, actuación y canto. Antes de entrar al escenario me dieron una patadita de la suerte, ahora ese gesto me acompaña siempre.

¿Tienes alguna cábala antes de salir a escena?
Me preocupo mucho por la parte técnica, la mayoría de las veces somos Yungaro y yo los que instalamos luces, sonido, escenografía, incluso nos encargamos de revisar la boletería, la contabilidad y cualquier cosa que se necesite… entonces siempre antes de que inicie el show reviso todo de nuevo. Después de calentar la voz y el cuerpo me tomo algunos minutos para relajarme, me recuesto en el piso y respiro para aclarar la mente y dejar fuera todo lo que no tenga que ver con la presentación, me acomodo el cabello, no se olvidan de mi patadita y ya estoy lista para empezar.

¿Qué tipo de personaje no interpretarías nunca?
No sé, como en la improvisación se van creando las escenas en el momento, muchas veces el personaje llega a sorprenderme y luego pienso, uh, odié como era tal o cual personaje, pero eso después de la presentación, porque aprendimos en la compañía a no juzgar al personaje, sino dejarlo ser; creo que no haría desnudos, admiro mucho a la gente que los hace, a mí me da vergüenza.

¿En qué consiste el proyecto “Chuquiago” del cual eres parte?
El proyecto Chuquiago fue fundado por el actor Yungaro Santalla el año 2010, la Compañía Artística Chuquiago que es como la cara visible del proyecto y que se presenta en teatros, con presentaciones desde el 2012 casi sin interrupciones, hasta el día de hoy. Fue la primera compañía en Bolivia en presentar espectáculos de improvisación teatral, que, si bien en muchos países se hacen y tienen gran popularidad, en Bolivia aún era algo novedoso, desconocido, era un gran ámbito para explorar y aprender. Con los años el proyecto se fue diversificando, a medida que más actores y actrices aprendíamos la técnica, crecía nuestro potencial de explorar nuevos formatos y estilos de impro, y no solo dentro de la comedia, sino, explorando inclusive otras narrativas menos conocidas de teatro improvisado. Además de la creación de nuevos espectáculos de improvisación, se trabaja en la creación de obras originales y adaptaciones de obras clásicas buscando siempre una identidad que refleje nuestra herencia y cultura.

¿Qué actividades tienes en agenda para lo que viene del veinte veintiuno?
Dejar de sobrevivir a la pandemia, sino adaptarse y sobrellevarla, ahora bien, en Argentina todavía hay muchas restricciones sobre el sector artístico, así que con la Compañía estamos planeando hacer transmisiones en línea, especialmente de una obra original dentro de muy poco. Actualmente estoy trabajando en la creación de un Canovaccio, o estructura matriz, para una obra improvisada, también estoy escribiendo algunos guiones de teatro. Este año tengo planeado terminar algunos productos propios, y aprovechar al máximo mi año académico.

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