Garfield es un gato… un gato cómico e ingenioso…un gato que no hace ejercicio y ama la lasaña, un gato propenso al coma diabético, así que no le juzgues duramente si acaso no está a la altura de tus elevados estándares humanos. Garfield es la peluda destilación de ese deseo humano colectivo, consistente en no hacer nada… a lo largo del día, todos los días. Icono de la holgazanería, Garfield detesta los lunes y el trabajo. La comida es el lenguaje de su amor y Garfield habla fluidamente, manejando sus numerosos dialectos. No soporta a las arañas y ama el café. A diferencia de lo que suele creerse, Garfield se ejercita continuamente. Sus rutinas físicas preferidas son caminar del refrigerador al sofá, darse vuelta en la cama, levantar su tenedor y masticar. Vive perfectamente mimado en los suburbios con su dueño Jon y un cuidador sin sueldo, Odie.
Chris Pratt fue la primera opción de los realizadores, e incluso pusieron a prueba esta idea creando una animación de Garfield basada en las respuestas que el actor dio durante una entrevista televisiva. “Mencionó algo acerca de su amor por la comida- no recuerdo si mencionó la lasaña”, dice Dindal. “Tomamos esa porción del diálogo y creamos la animación, y nos pareció que esto capturó sin problemas la esencia de nuestro gato”.
“Supongo que Chris encarna esa holgazanería y ese sarcasmo con su voz natural”, bromea.
Y Jim Davis comenta que la voz del actor le voló los sesos. “Chris posee una voz con mucha actitud y un excelente sentido del tiempo”, dice. “Le doy un 10 a su comicidad. Él logra aportar filo y actitud al personaje; realmente lo ha entendido y apuntalado. Me encanta escucharle. Puedes sentarte y pensar, ‘Claro, ése es nuestro Garfield”.
“Recuerdo haber leído la tira cómica en mi infancia”, dice Pratt. “Cuando llegaba el periódico, yo revisaba la sección de películas y extraía de ahí las tiras cómicas- y Garfield nunca faltaba”.