sábado, mayo 25, 2024
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Prototipo del Órgano Legislativo

José Antonio Navia Alanez

Si dirigimos nuestra atención al problema de la Democracia, examinando las formas con las que ha de ser dirigida, si ha de ser verdadera democracia, legítima y saludable, debe ser capaz de responder a las necesidades del momento, según los intereses y solicitudes del pueblo.
Democracia debería significar igualdad de derechos ante la ley, igualdad de oportunidades para el progreso individual, hasta el límite de la capacidad del propio individuo. Lastimosamente, en Bolivia la democracia es utilizada por sectores privilegiados o un conjunto de personas. Hoy para llegar al Órgano Legislativo ya no valen los méritos personales, ni los títulos profesionales ni el trabajo intelectual, lo que vale es el dinero, el poder político, porque asambleístas, diputados y senadores, sin contar con títulos profesionales están en el poder, o son nombrados por favores políticos. Y estando ellos en el poder, hacen un simulacro de democracia, no en razón del derecho a la solidaridad, sino en relación con la eficiencia y el poder político de cada persona. El culto a la eficiencia no solo anula los principios democráticos, sino también los más elementales derechos de la justicia social. En varias gestiones de gobierno, el Órgano Legislativo está constituido por dirigentes de mercado, dirigentes de organizaciones sociales, pero estos representantes carecen de cualidades fundamentales que debe tener todo legislador, como moral, ética, honestidad, humildad, prudencia, rectitud, sensatez, solidaridad y, sobre todo, tener capacidad intelectual.
Cuando los representantes del Legislativo carecen de cualidades intelectuales, se los considera como un simple elemento pasivo del orden social y, peor, se los reduce a una unidad anodina, donde quedan desprovistos de personalidad propia, inconscientes de su responsabilidad, respecto a los fines de la sociedad. Y cuando llegan al poder estas personas, son, pues, “levanta manos”, porque son materia fácil de explotación por parte de los políticos para sus fines de gobernabilidad.
Cuando los políticos no practican valores morales, ellos asumen actitudes de tipo individualista, lo que los lleva a una peligrosa privatización de la conciencia moral. Y así, en su interior producen un movimiento destructivo, que pone freno a los valores, debido a todas estas conductas. No debemos olvidar lo que pasa en la Cámara de Diputados, cuando tienen que aprobar algunas leyes, como contra la prórroga de magistrados.
Dicha Cámara pasa por una crisis moral, donde el desorden prevalece, la violencia se impuso, con insultos, golpes entre parlamentarios. Hubo un acto bochornoso, donde demostraron su negligencia, y abuso de su falta de educación, (cabe recalcar que no todos los parlamentarios muestran estos comportamientos). En estas situaciones críticas, lo que les falta a los parlamentarios es ser críticos, autocríticos y creativos. También es muy importante que ellos conozcan los valores democráticos, para tener una verdadera democracia. Es menester que el Órgano Legislativo esté constituido por las mejores mentes, las almas más delicadas, con dotes morales, habilidad práctica. Es decir, personas de principios diáfanos y recios, selectos espiritualmente, íntegros de carácter y tener capacidad intelectual, para formular propuestas, objetivos sólidos que puedan responder a los fines determinados y prefijados, por la voluntad del pueblo. Para terminar, resaltamos aún más el valor de respeto entre personas, es algo indispensable para vivir en armonía en la sociedad. También el respeto es el mayor exponente de cultura y buena educación, para propios y extraños.

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