miércoles, mayo 15, 2024
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No somos lacayos

Severo Cruz Selaez

Los bolivianos, tanto de las regiones orientales como occidentales, tenemos dignidad, debido que no hemos nacido con el alma de esclavos. Somos libres para pensar y actuar. En consecuencia: no somos sirvientes ni lacayos de alguna potencia. Hemos surgido gracias al coraje y el heroísmo de nuestros antecesores, libres, independientes y soberanos, el 6 de agosto de 1825. La Patria, a propósito, celebrará su bicentenario, el año venidero. Lo hará golpeada por la crisis económica, por el agotamiento del gas. Con el boliviano que ha perdido su poder adquisitivo, hecho que incide, negativamente, en la canasta familiar de las personas de escasos ingresos. Con el comercio informal que se multiplica, como consecuencia de los altos índices del desempleo. Con el contrabando y el narcotráfico, que hacen de las suyas. Con el saqueo de los recursos auríferos, por cooperativistas al servicio de agentes foráneos. Con las baladronadas de quienes viven de la política.
Deberíamos preservar el legado que nos dejaron los antepasados y que nos enaltece, en el concierto de las naciones, a fin de construir, en esta difícil y complicada coyuntura, un país libre de la frustración y desesperanza. Deberíamos, asimismo, reiterar el sentimiento de bolivianidad más profundo, ahora que las cosas cambian, vertiginosamente, en el contexto internacional. Pero en el marco del respeto y la fraternidad, con quienes intercambiamos inquietudes de amistad, cooperación y solidaridad, desde hace muchísimo tiempo.
Nadie, por lo visto, puede darnos lecciones, directrices u órdenes, en materia de política interna ni externa. Tampoco ideologizarnos, porque tenemos criterio propio, con un enfoque fresco y preciso, acerca el curso de la historia. Acerca de las cosas que sacuden a los pueblos de la región y del universo. Acerca de los excesos e injusticias. Acerca el quebrantamiento de la paz, por la intolerancia y el radicalismo. Acerca de la vulneración de los derechos humanos, en algunos países donde se impone el autoritarismo.
“Bolivia a su vez –anotemos a modo de esclarecer el tema– se encuentra supeditada por lazos de dependencia a potencias extranjeras por su condición de exportadora de materias primas no elaboradas, o semielaboradas, por su intercambio comercial no equivalente y por su acentuada deuda externa” (*). Una realidad que no ha cambiado, por la miopía de los gobiernos de turno. Ello no quiere decir, que estemos atados a sus designios.
Hemos aprendido, desde la fundación de la República de Bolivia, a diseñar los destinos del país, posiblemente, con muchas falencias. Pero lo hicimos, con miras al futuro, bajo regímenes militares y gobiernos civiles. Hubo, obviamente, entre muchos, algunos uniformados responsables, como también civiles irresponsables. Las falencias se manifestaron, debido, particularmente, a los desaciertos de quienes presumían de ser “salvadores”. Estos charlatanes nos llevaron a la ruina, en dictadura y en democracia.
En suma: los bolivianos jamás aceptaremos la imposición de fuerzas externas.

(*) “Dualismo o Pluralismo cultural en Bolivia”, Tomo I. Empresa Editora “Universo”, La Paz – Bolivia, 27 de diciembre de 1975. Pág. 9.

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